Se citaba el Consejo de Podemos para debatir su nueva hoja de ruta para las siguientes elecciones municipales y autonómicas, con especial atención, como no puede ser de otra manera, en Madrid. No obstante, más allá de la importancia indiscutible producto de la decisiones de, primero de Errejón y posteriormente de Espinar, de abandonar el barco, la crisis de Podemos se ramifica y extiende a muchos territorios.
A esto hay que sumarle el último dato relacionado con la intención de voto realizado por Key Data, que arrojaba unos datos más que preocupantes para la formación morada. Podemos perdería hasta 20 escaños.
A primera hora de la mañana se supo que Pablo Iglesias, debido a su permiso de paternidad, no iba a presenciarse en la reunión, sino que participaría vía telefónica. No obstante no perdió el tiempo para seguir jugando sus cartas.
Lo hacía a través de una carta publicada en su perfil de Facebook y enviada a todos los inscritos de Podemos. En ella el líder de la formación morada punteaba aspectos de la situación política actual a nivel mundial, europeo y principalmente, del Estado español.
En lo que a la situación estatal se refiere, en el citado texto el líder de Podemos aboga clara y llanamente por la fórmula de unidad con el PSOE para construir “un gobierno de coalición entre Unidos Podemos y el Partido Socialista que sea un referente europeo de políticas de protección del Estado del bienestar y que afronte la crisis territorial desde el diálogo y la negociación política”. Nada nuevo por otro lado.
En el marco del Gobierno estatal, establece pues, que la forma de frenar el auge de la derecha o vía “aznariana” y de instaurar un gobierno progresista referente en Europa, como lo define Iglesias, es la de gobernar en coalición con una de las patas fundamentales del Régimen del 78.
Si párrafos más arriba criticaba el poco valor democrático del gobierno Trump por sus alianzas y negocios con el régimen saudí, pareciera que un viento de amnesia le hizo olvidar el reciente negocio de las corbetas de Navantia entre el “progresista” gobierno de Sánchez y el régimen saudí. Y por cierto enmarcado en Cádiz, ciudad gobernada por el “anticapitalista” Kichi.
No obstante el peso de la misiva se lo llevan los asuntos relacionados con la nueva candidatura de Errejón al amparo de Carmena y la relación de Podemos con esta. Tras una introducción en la que deja patente el despreció de Errejón a los órganos de decisión de la formación morada, marca dos aspectos fundamentales de la hoja de ruta de Podemos en Madrid ciudad y en la autonomía.
En primer lugar establece que si bien Carmena “ya no es lo que fue representa lo más útil que hay para impedir que la derecha reconquiste el poder municipal en Madrid”. Es decir, las persecuciones a manteros, los pelotazos urbanísticos, el sagrado pago de la deuda, los desahucios, privatizaciones de servicios públicos, etc…resulta que es la máxima expresión de gobierno del cambio, esa que con sus políticas y su buena gestión evite la vuelta de la derecha a la capital. E ahí el horizonte transformador de Iglesias.
Ahora bien, ¿y para la Comunidad? En este segundo aspecto Iglesias ha sido tajante. Dice en su carta que “para llegar a ese punto [negociación con la formación de Errejón antes o después de los comicios] Podemos necesita tener un debate propio sin que se le pretendan imponer tragar con platos precocinados”. Así que por ahora, queda la certeza de que Podemos presentará candidatura propia para las elecciones autonómicas y tras confirmarla, se verán las negociaciones y sus actores.
Con tales antecedentes la resolución principal del Consejo no podía ser muy diferente. La dirección de la formación morada ha solicitado al Consejo Ciudadano Estatal que avale su nueva hoja de ruta para Madrid.
Esta es la conformación de una candidatura propia para la comunidad y posteriormente la posible negociación con la formación de Errejón. En este sentido, los siguientes pasos de Podemos son el inicio de un proceso de construcción de candidatura, que se ratifique en primarias, buscar un pacto posterior con sus socios prioritarios IU y Equo y solo entonces, se barajaría la opción de sentarse con Más Madrid.
Lo que parece claro es que navegarán en la misma dirección, una formación amplia que busque unir a todo aquel que esté contra el PP. Quedará por ver si son capaces de llegar a un acuerdo entre ambas candidaturas (cuando esté definitivamente cerrada la de Podemos) por ver quién hegemoniza el pacto.
¿Qué proyecto achica agua? ¿Qué alternativa necesitamos?
Los adversarios quieren una “izquierda amable”, decía Iglesias esta mañana en su carta, buscando diferenciarse por izquierda del nuevo proyecto de Errejón. Ahora bien, más allá de los matices discursivos y los grados y tiempos de adaptación al Régimen que le querían imprimir uno y otro a Podemos, ¿existe o ha existido realmente esa diferencia entre ambos proyectos? ¿Ha sido Podemos una izquierda menos “amable” bajo el mando de Iglesias?
Vistalegre II fue el pistoletazo de salida “oficial” para una batalla abierta entre las “tesis” errejonistas y pablistas, pero el tiempo ha terminado por sentenciar que no existían tales diferencias políticas de fondo.
Si no, ¿Por qué le ha durado tan poco la fase del “enfado” a la dirección de Podemos y esta ha reconocido apenas pasados unos días la posibilidad de sentarse a negociar con el nuevo proyecto de Carmena – Errejón? Precisamente por que como citó en su carta publicada en Facebook, Iglesias considera esa fórmula y proyecto político como el más válido para enfrentar a la derecha y ganar las elecciones.
La victoria de Pablo Iglesias no situó a Podemos de nuevo en las calles junto a los sectores y organizaciones que luchan. Más bien todo lo contrario, se profundizó de tal manera el vasallaje hacía el PSOE de Pedro Sánchez que hoy en día es el principal aliado del actual ejecutivo.
El Podemos de Iglesias es el Podemos que sustenta al Ejecutivo que sigue negociando con Arabia Saudí a costa de los muertos de Yemen, al Gobierno que impide las tareas humanitarias como la del buque Open Arms, al PSOE que construye los CIES que planificó Mariano Rajoy. ¿Puede haber una “izquierda más amable” que esa?
El movimiento realizado por Errejón, movido por sus aspiraciones individuales, tan solo es la muestra más fidedigna de la esencia y estrategia de Podemos, un intento de regeneración “progresista” del Régimen del 78 con el PSOE como capitán del barco.
Por desgracia para ambos, Podemos es un buque a la deriva. Su apuesta y confianza por la reforma del Régimen dentro de sus normas y mecanismos ha quedado oxidada en apenas 5 años. La desmotivación en amplios sectores se traduce en una sangría de votos imparable. Si de algo se puede quejar Iglesias es que Errejón no se haya querido hundir con el barco, no de buscar un proyecto político alternativo diferente.
Por ello el Consejo Ciudadano de Podemos puede intentar tapar todos los agujeros posibles de su proyecto político, pero para la clase trabajadora, las mujeres y la juventud, el proyecto de Podemos como solución estructural a los problemas de precariedad y pobreza que nos azotan, caducó mucho antes de la marcha de Errejón.
En el quinto aniversario de la formación neo reformista no cabe preguntarse cómo se van a reinventar, sino que toca, como mínimo, debatir sobre la experiencia y pensar en cómo levantar una izquierda sin complejos, una izquierda que diga sin titubeos que para hacer frente al auge de la derecha y resolver los grandes problemas sociales, la única solución es tocar el bolsillo de los capitalistas. |