La rotura de la represa de Brumadinho dejó al menos 99 muertos y 259 desaparecidos y se suma a otros tantos que muestran la desidia de la minera Vale y la complicidad del Estado. Reproducimos la declaración política del Movimiento Revolucionario de Trabajadores, grupo de la Fracción Trotskista en Brasil.
El nuevo crimen de la minera Vale en Brumadinho, a tan solo tres años de lo ocurrido en Mariana, pone de manifiesto la sed de ganancia de esta multinacional y su desprecio hacia las vidas y el medio ambiente, que cuenta hace décadas con la complicidad de los distintos gobiernos y del poder judicial, con el Estado al servicio de los grandes capitalistas de la minería para que hagan sus negocios.
La privatización de Vale fue llevada a cabo por el neoliberal Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y tuvo continuidad en el gobierno del Partido de los Trabajadores (PT). Todos ellos se beneficiaron con la financiación electoral de Vale, poniendo el Estado al servicio de la empresa. Hay que luchar contra Bolsonaro y el gobernador de Minas Gerais, Romeu Zema - que pretenden empeorar esta situación con más privatizaciones y desregulación ambiental - para apropiarse de estos bienes y de los recursos de la empresa, por una reestatización de Vale, sin indemnización, bajo la gestión de los trabajadores y el control popular, con el objetivo de lograr un modelo de transición hacia una práctica de minería sustentable y no depredadora de vidas humanas y del medio ambiente, distinto al existente que se mueve a favor de las ganancias de los capitalistas.
En el momento de la publicación de esta Declaración los muertos ascienden a 99, siendo 259 los desaparecidos por otro crimen más de Vale en estado de Minas Gerais en Brasil. A tan solo tres años de que se haya venido abajo la represa de Fundão, que destruyó el distrito de Bento Rodrigues, el Río Doce y mató a 19 personas, los crímenes volvieron a suceder en Brumadinho, comprobándose un vez más el cinismo de cada lamento de la empresa, de los políticos y de los jueces al quedar impune el crimen de Mariana, responsabilidad de Vale/San Marco/BHP Billiton. Tres años después la alarma no sonó y los trabajadores y habitantes fueron sorprendidos por la destrucción del barro tóxico. El comedor de la empresa se construyó bien por debajo de la represa y fue el primer lugar a sucumbir bajo la corriente de los desechos de la minería cuando estaba lleno de obreros. La furia de los familiares de desaparecidos contra la empresa no deja duda que la población responsabiliza a Vale por lo ocurrido, y ahora los políticos brasileños intentará cubrir todo lo que puedan a la empresa minera por la reincidencia del crimen.
Vale y las multinacionales imperialistas roban el mineral de Minas Gerais, dejando un rastro de destrucción ambiental y muertes
La extracción de minerales de hierro representa casi el 10% del PIB del Estado brasileño, responsable por más de la mitad de la producción de minerales metálicos del país, con 300 municipios mineros que vierten en el mercado casi 200 millones de toneladas de minerales. En Minas Gerais son varios los municipios con alta concentración en la actividad minera como la propia Mariana, Congonhas, Itabira, Itabirito, São Gonçalo do Rio Abaixo, Barão de Cocais, Nova Lima, Itatiaiuçu, Brumadinho, Serra Azul, entre otras. Allí se concentran las principales empresas mineras del país vecino. Además de Vale, hay grandes empresas nacionales brasileñas como CSN, Usiminas, MMX y CBMM que actúan en el mercado internacional; y empresas imperialistas como V&M, Arcellor Mittal, AngloGold Ashanti y muchas más.
El modelo de producción de Vale y de las multinacionales en Minas Gerais es uno de los que más generan ganancias a los capitalistas - a costa de destruir el medio ambiente - y uno de los que más sobreexplotan a los trabajadores. Es un modelo de superminería, basado en la extracción violenta y en la destrucción de las nacientes, aguas y montañas, que generan grandes impactos ambientales y sociales irreversibles, con el objetivo de exportar a un bajo valor agregado, que solo se puede llevar adelante por la explotación del trabajo, concentrando en grandes monopolios la extracción del mineral. Vale y las grandes multinacionales roban las riquezas naturales de Brasil, en una producción cada vez más subordinada al imperialismo. La consecuencia de la crisis de 2008 generó millones de despidos más en el sector minero, y la baja del precio de las commodities, con el hierro cayendo de $180 a $50 dólares entre los años 2013 y 2015, intensificó este modelo.
Por la reestatización de Vale bajo gestión de los trabajadores para enfrentar la minería depredadora y la contaminación del medio ambiente, con el control popular y representantes ambientalistas electos en las universidades y comunidades
Contra toda forma de explotación mineral subordinado a los intereses imperialistas que resultan en el despojo de las riquezas naturales brasileñas, la superexplotación del trabajo y destrucción ambiental, el Movimiento Revolucionario de los Trabajadores (MRT) de Brasil defiende la nacionalización de la minería, sin indemnización. Urge repensar la economía nacionalizada en forma sustentable y no depredadora, lo que presupone una democracia de los productores y consumidores y la libertad de crítica e iniciativas, premisas incompatibles con el capitalismo, y que solo a través de un gobierno de los trabajadores en la lucha por una sociedad de productores libremente asociados - donde los productos sean socialmente compartidos y no apropiados de forma privada por monopolios de los grandes capitalistas – se podrá terminar con este dilema. Como parte de esta batalla, el MRT defiende la reestatización de Vale, bajo gestión de los trabajadores, arrancándoselas de las manos de los empresarios. Es decir, una expropiación sin indemnización, para enfrentar la actividad depredadora de la minería y la contaminación del medio ambiente, bajo el control popular y con representantes ambientalistas electos en las universidades y comunidades, como una forma de que haya una transición y superación de la actual forma depredadora de la extracción, para que la relación entre la minería y el medio ambiente pueda ser sustentable.
Transformar las redes de apoyo a Brumadinho en una fuerza contra Vale y a favor de las acciones de los trabajadores y de todos los afectados por las represas
La población demostró, una vez más, la inmensa solidaridad, organizando redes de apoyo y donaciones de todo tipo a las víctimas. Esta red de apoyo y solidaridad junto a todas las acciones que también provienen de las universidades, compuestas por estudiantes, técnicos y docentes de todo el estado de Minas Gerais, demuestran el potencial de una alianza obrera y popular que podría ser la contrapartida a todo el control que el gobierno federal y estatal brasileños, junto a las fuerzas de seguridad, pretenden imponer ante esta situación, al intentar retirar por completo las iniciativas de los trabajadores y de la población para lograr encontrar una respuesta a esta gran crisis. Solo los trabajadores - en alianza con los estudiantes, ambientalista y docentes - pueden encontrar una salida que no sea el sostenimiento de la ganancia exorbitante de las imposiciones del capital sobre sus vidas y el medio ambiente.
Luego de algunos meses del crimen de Mariana, Vale/Samarco/BHP Billiton despidieron a trabajadores y, aunque hayan pasado 3 años de la tragedia, ninguna familia fue indemnizada. Además, cabe recalcar que la Fundación Renova - responsable por la atención a las víctimas - es prácticamente parte de la propia Vale. Esta es la respuesta de los capitalistas a las tragedias generadas por ellos mismos. Esta actitud desmedida no puede volver a repetirse. Es necesario exigir la estabilidad de los empleos de los trabajadores de Vale de Minas Gerais y realizar una oferta de empleo a los familiares que tuvieron sus seres queridos muertos por el crimen de Vale en Brumadinho, así como brindar toda la asistencia social, jurídica, psicológica y financiera a las familias, sin discriminar entre trabajadores efectivos y tercerizados, según criterios que sean elaborados por las víctimas y familiares y por los trabajadores efectivos y tercerizados de Vale.
Los gobiernos brasileños garantizan este robo de Vale y de las grandes empresas mineras al servicio de las ganancias de los capitalistas
El crimen de Valen Brumadinho revela la falsedad de que las privatizaciones son protectoras. Vale de Río Doce se privatizó en el gobierno de Fernando Henrique Cardoso el 6 de mayo de 1997 por un valor criminal de 3.300 millones de dólares, lo que equivale a 17.600 actuales. Este valor equivale a 5,5% de los 320.000 millones que arrancaron del suelo brasileño como ganancia legal desde 1997.
La privatización se llevó a cabo durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso y por representantes del PSDB, pero el PT rindió honores a este hecho, permitiendo que la empresa se llevara ganancias exorbitantes, profundizando la precarización laboral y culminando con la mayor tragedia socio-ambiental del país hasta ese entonces. Las ganancias para los accionistas aumentaron ferozmente en los años del gobierno de Lula y Dilma: mientras que en el gobierno de Fernando Enrique Cardoso la media de ganancia anual era de 6.030 millones de reales por año, en los gobiernos del PT la media (incluyendo la pérdida de 2015) fue de 18.100 millones. De forma escandalosa, apenas después de 20 días de la tragedia de Mariana, Fernando Pimentel (exgobernador de Minas Gerais por el PT) logró aprobar en la Asamblea Legislativa de dicho estado su proyecto de ley que concedió a las empresas mineras una mayor rapidez en los permisos ambientales. Y en una de sus últimas actuaciones como gobernador aceptó ampliar la capacidad de la Mina do Córrego do Feijão, agachándose ante los intereses de las empresas mineras, regañadientes de los ambientalistas y técnicos especialistas.
Con el gobierno golpista de Temer, las empresas mineras vieron la extinción del Departamento Nacional de Producción del Mineral y la creación de una agencia reguladora que lo reemplaza, con empleados de Vale en cargos de directores. Dos fiscalías favorecieron directamente a las empresas mineras (790 y 971) y flexibilizaron el estudio de impacto ambiental y el RIMA (Informe de Impacto Ambiental).
Bolsonaro, Zema y la derecha buscan sacar provecho político de la tragedia. Por medio de sus defensas, en realidad preparan el camino para facilitar la explotación mineral, generar permisos ambientales, debilitar la fiscalización y, por ende, repetir estos crímenes a larga escala a través de la política de privatización. Romeo Zema, a pocos días antes de la tragedia, festejó la ampliación de la explotación de la minera en el estado. Y junto a Bolsonaro tienen una suma de declaraciones que dejan en claro su posición a favor de las grandes empresas mineras, contra los trabajadores y el medio ambiente. Esto puede observarse en una de las tantas declaraciones realizadas por el cínico Bolsonaro al afirmar que “somos el país que más preserva el medio ambiente”. Zema mantuvo en su gobierno el secretario de Medio Ambiente responsable por reducir etapas de permisos ambientales en los años de gobierno del PT, y el vicepresidente de su Partido Novo en Minas Gerais salió a defender a Vale en las redes sociales, luego del nuevo crimen de la empresa en Brumadinho.
En el gobierno de Bolsonaro hubo la entrada de representantes de empresas mineras que profundizan lo que ya venía ocurriendo en el gobierno golpista de Temer, como Leonardo Quintão, exdiputado federal del PMDB de Minas Gerais, que expresamente era un parlamentario financiado por las mineras y que hoy integra el equipo de la Casa Civil de Bolsonaro, que tiene como jefe a Onyx Lorenzoni (que declaró que “no habrá ningún tipo de intervención del gobierno en Vale”); y el General Franklinberg Freitas, que era del consejo de la minera Belo Sun y reasumió en el gobierno de Bolsonaro al frente de Funai (Fundación Nacional del Indio).
El Estado se convirtió en un verdadero canal de negocios, a favor de los grandes empresarios de la minería
El enorme crimen humano y ambiental cometido por Vale en 2015 sigue impune. A pesar de haber sido el mayor desastre ambiental de la historia de Brasil, las acciones de Vale - que en aquél año cayeron vertiginosamente – recuperaron rápidamente su valor, sin ningún tipo de sanción o indemnización para los afectados por esta enorme tragedia. Vale tuvo una gran ganancia multimillonaria en los siguientes años: 14.300 millones de reales en 2016; 22.240 millones de reales en 2017; y en los tres primeros trimestres de 2018, una ganancia de 11.150 millones.
Vale y las grandes mineras también practican lobby, comprando o favoreciendo a parlamentarios, teniendo así a su favor a la “banca del barro” en el Congreso, que juegan el papel de obstaculizar las propuestas que limitan la extracción y las actividades de las empresas. Con la “bancada del barro”, Vale entra con su poder en toda la esfera legislativa. En la Asamblea Legislativa de Minas Gerais, en la comisión creada a fines de 2015 para tratar los asuntos de las represas, 19 de los 22 diputados que integraban el colegiado habían recibido donaciones financieras de las mineras, entre ellos, parlamentarios de partidos de derecha como Paulo Lamac, hoy viceintendente de Belo horizonte y en aquél entonces diputado en Minas Gerais, que encabezó la lista con la donación de más de 500 mil reales; aunque también parlamentarios del PCdoB y del PT, como Marília Campos, que recibió 80 mil reales de donaciones de las mineras y que se mostró favorable ante la flexibilización de la legislación ambiental, en un proyecto votado - nada más y nada menos - dos semanas después del crimen de Mariana.
Ante la crisis de Brumadinho, el presidente de Vale tuvo que anunciar el cierre de las represas río arriba, como las que se rompieron en Brumadinho e Mariana, con la suspensión de las operaciones en estas zonas. La impunidad del caso de Mariana y los subsecuentes beneficios jurídicos y parlamentarios de las empresas mineras es la prueba de que la justicia solo funciona cuando es para proteger a ricos y poderosos, al beneplácito de las necesidades políticas y económicas del gran capital.
Se deben prohibir las represas río arriba en territorio nacional brasileño. Contra toda la impunidad de los grandes ejecutivos, se deben confiscar los bienes de Vale/Samarco/BHP Billiton para recuperar las regiones urbanas y ambientales afectadas, para conceder las indemnizaciones debidas a las familias perjudicadas por los crímenes de Vale y para que se invierta en lo que haga falta en nuevas tecnologías en minería, que prioricen la vida y el medio ambiente y no la destrucción y la ganancia de los capitalistas, para garantizar también el empleo y la efectivización inmediata de todos los trabajadores tercerizados de Vale con los mismos derechos. Estas son algunas medidas mínimas como parte de la lucha por la reestatización de Vale, bajo la gestión de los trabajadores y el control popular, que tenga como objetivo lograr una transición hacia otro modelo de minería sustentable y de preservación del medio ambiente y de las vidas.
Mientras la minería esté en manos de los capitalistas y de los políticos que actúan a su servicio, el estado de Minas Gerais seguirá siendo eternamente dependiente de la minería, así como Rio de Janeiro lo es del petróleo, y Brasil de las commodities, manteniendo así la dependencia del país con el imperialismo y de la explotación depredadora de las riquezas naturales brasileñas. El caso de Minas Gerais es aún más grotesco, dado que la minería - principal actividad económica de este estado, que representa casi el 10% del PIB estadual – paga en royalties a la Receta Federal, al estado de Minas y a los municipios solo el 3% de ingresos brutos en el caso del mineral de hierro, y el 1,5% en el caso del oro.
Mientras reciben grandes exenciones fiscales legales del Estado, las mineras además retienen impuestos ilegalmente, triangulando exportaciones. Es sumamente necesario terminar con la dependencia del estado de Minas Gerais con las mineras, con un plan de obras públicas y de generación de empleos, vinculados a una complejidad de la industria, ampliación de la producción agrícola, del ganado, etcétera, según las necesidades de la población y con una planificación basada en un plan obrero y popular para la salida de la crisis en Minas Gerais.
Mientras las mineras tienen altas ganancias y dejan poco en impuestos en el estado de Minas Gerais, el Estado brasileño se encuentra en una crisis fiscal. Zema y Bolsonaro pretenden que los trabajadores y el pueblo minero paguen por la crisis a través de las privatizaciones, atacando a la jubilación, frenando las contrataciones y achicando los salarios. En medio de la tragedia de Brumadinho, la propuesta del gobernador de Minas Gerais, Romeu Zema (Partido Novo) es entregar las empresas estatales, como CEMIG, a los empresarios como los de Vale, siendo que CEMIG ya es una empresa donde mueren decenas de trabajadores todos los años por accidentes laborales. Todo este plan es para seguir beneficiando a las mineras y pagando a banqueros y especuladores una deuda pública que nunca se acaba.
Las centrales sindicales deben romper su tregua con Bolsonaro y Zema, llamando a un plan de lucha para que la crisis de Brumadinho la pague los capitalistas
El PT, con el apoyo del PCdoB, en 4 años gobernó Mina Gerais a favor de las mineras. Pimentel fue parte de la impunidad del crimen de Mariana, subordinando sus políticas al modelo de la minería, ahora llama a la Comisión Parlamentaria de Investigaciones (CPIs) de la minería - que está por fuera de cualquier lucha de los trabajadores y la población que pretenda encontrar una respuesta ante esta gran crisis – para que se involucre en el caso.
Es necesario que las centrales sindicales brasileñas, como la Central Única de los Trabajadores (CUT) y la Central de los Trabajadores de Brasil (CTB), que dirigen los principales sindicatos de Minas Gerais y están subordinadas a las direcciones del PT y del PCdoB, rompan la tregua con el gobierno de Bolsonaro y con las mineras, y transformen el repudio instalado en las masas, que ya se pronunciaron en contra la privatización, en organización y lucha, con un plan concreto de preparación y organización de la clase trabajadora, que se discuta en asambleas y comités de base en cada lugar de trabajo y estudio.
Hay que levantar una fuerte campaña de solidaridad obrera y popular con brigadas de apoyo, organizadas directamente por sindicatos, organizaciones ambientalistas y por las universidades que luchen en defensa de la reestatización de Vale, bajo la gestión de los trabajadores y el control popular, y que la vida y el medio ambiente estén por arriba de las ganancias y sus actividades depredadoras en la minería, transitando para terminar con este modelo de minería actual. Los parlamentarios brasileños del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), partidos y movimientos de izquierda, y los sindicatos y entidades estudiantiles que estos dirigen deben fortalecer esta exigencia por este plan de lucha inmediato, para que sean los capitalistas los que paguen por la crisis en Brasil y para que las inmensas riquezas del subsuelo brasileño no sea un beneficio para los capitalistas, sino esté en función de los intereses de todo el pueblo.