El estremecedor corto, de 18 minutos de duración, documenta el infierno vivido por el pueblo palestino tras los bombardeos e invasión israelíes del verano de 2014, cuando la mayoría de medios de comunicación dejaron de cubrir deliberadamente el conflicto.
El documental es un viaje a Gaza, en el que a través de diversos personajes muestra crudamente la vulneración de derechos humanos que sufre diariamente la población palestina en la Franja de Gaza, y la situación de bloqueo y guerra permanente en la que intenta sobrevivir bajo la ocupación israelí.
Durante la “Operación Margen protector” del Estado de Israel contra Gaza en 2014, la franja palestina fue sometida durante 51 días a una brutal ofensiva militar por parte de Israel que dejó el escalofriante saldo de 2.205 muertos palestinos durante los bombardeos y la incursión terrestre, de los que 1.563 eran civiles, de ellos 538 menores de edad, según datos de la OCHA (Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios en los Territorios Palestinos Ocupados).
En sus breves palabras de agradecimiento, Julio Pérez ha dicho que “Este premio va dedicado a todos y a todas aquellas personas que han mantenido viva la lucha del pueblo palestino. Para los que están y los que no están. Para los que están y para los que nos ha arrebatado el terrorismo sionista”
Interrumpido por aplausos y vítores del público, el director continuó afirmando que “desde el mundo de la cultura podemos hacer muchas cosas, pero la primera es no legitimar países que vulneran sistemáticamente los derechos humanos”, para finalizar con un llamado que resonó en toda la sala: “Y para eso no debemos ser cómplices del apartheid israelí. Israel en Eurovisión, no por favor. Viva la lucha del pueblo palestino”.
Antes, Carles Bover, había expresado que “a pesar de todos los intentos de censura que hemos sufrido, estamos aquí gracias a las académicas y a los académicos que, con su voto, han roto el silencio en defensa de los derechos humanos”, en referencia a la censura de este viernes de la proyección de este corto en el centro pastoral San Carlos Borromeo de Madrid.
Censura y presiones del lobby sionista
Un día antes de que el cortometraje fuera galardonado por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, el Arzobispado de Madrid había exigido al centro pastoral San Carlos Borromeo del popular barrio de Vallecas en Madrid, que suspendiera la proyección prevista del cortometraje documental en la parroquia.
El párroco de la San Carlos Borromeo, Javier Baeza, indicó a la prensa que se han visto “obligados” a anular la proyección del documental a petición del Arzobispado debido a la “presión” que dicen haber recibido por parte de la comunidad judía para que no se exhiba. “No tenemos capacidad para confrontar esta censura que nos parece absolutamente reprobable en este momento cuando personas palestinas están acogidas en torno a la parroquia”, lamentó el párroco.
En un comunicado, el centro pastoral San Carlos Borromeo detalló que la proyección tenía como finalidad ofrecer un espacio de reflexión sobre la realidad de Gaza, a partir de un documental “cuyo valor cultural está avalado por ser nominado a los premios Goya” -que sólo un día después le otorgaron el máximo galardón en su categoría- desde su “compromiso con la realidad del pueblo palestino, un pueblo que sufre y vive una incuestionable falta de derechos”.
No obstante, desde la parroquia señalaron que decidieron acatar la orden del Arzobispado de suspender la proyección con “la finalidad de garantizar el bienestar de las personas que actualmente se encuentran acogidas y buscan amparo y protección en este Centro Pastoral y evitarles cualquier perjuicio”.
Para el director mallorquín Carles Bover, esta situación es “vergonzosa, estamos indignados”, tal y como expresó a medios de comunicación horas antes de tomar un avión rumbo a Sevilla, sede este año de la ceremonia de entrega de los galardones de la Academia de Cine.
Para Bover la situación “no nos ha supuesto ninguna sorpresa, ya estamos acostumbrados a que nos intenten boicotear el cortometraje, no es la primera vez que hay intentos de censura” por parte del Estado de Israel.
En los últimos días se conoció, además, que la exdiputada de IU y actual dirigente de Red Roja, Nines Maestro, era acusada por la Audiencia Nacional junto a otras dos compañeras por el supuesto delito de “financiación del terrorismo”.
Las tres han sido denunciadas, según la abogada de la defensa, por una ciudadana norteamericana miembro de Lawfare Project, una red de “profesionales” que defienden “los derechos civiles y humanos del pueblo judío”, y por la Asociación Cultural Judía de Ibiza, que ejerce la acusación popular junto a Lawfare Project Spain. ¿El motivo? Haber recogido ayuda económica para el pueblo palestino a mediados del 2014 y a finales del 2015, es decir, tras la sangrienta ofensiva sionista documentada en el corto ‘Gaza’.
El premio goya al cortometraje, aunque un hecho simbólico, represneta un varapalo a la censura impulsada por el lobby del estado terrorista de Israel. Pero, sobre todo, es una reivindicación de la histórica lucha del pueblo palestino contra la opresión y el genocidio sionista.
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