Calama sigue viviendo una situación crítica, debido a las intensas lluvias que se han producido por el invierno altiplánico y que ha afectado a gran parte del norte grande. Otro de los hechos que tiene complicada a la población calameña es la suspensión del suministro de agua potable que ayer cumplió 5 días. Aguas Antofagasta, empresa responsable del servicio, comunicó que el corte se debe a que por la subida del caudal del rio provocó daños en las instalaciones de la empresa que terminaron con las tomas de agua llenas con material como rocas, piedras, lo que hacía imposible poder brindar un servicio óptimo.
El malestar de la población ha ido en aumento al pasar de los días, ya que locales comerciales no han podido abrir por no contar con agua potable, también por la subida en los precios de productos que son vitales y además que otros servicios básicos como consultorios y servicios asistenciales han tenido que suspender o reducir la atención al público.
Pero lo que generó aún más la molestia de la población es que el Alcalde de la Capital provincia del Loa, Daniel Augusto (RN) haya estado ausente durante los primeros días de la emergencia, esto ya que había usado sus feriados legales para tomarlos como vacaciones mientras la ciudad se encontraba en plena emergencia.
Los pobladores de Calama criticaron no solo al Alcalde, sino que también a otras autoridades regionales por no tomar acciones a tiempo y también por no pedir que se declare zona de catástrofe debido a la crítica situación, lo que permitiría poder acelerarla ayuda para las zonas afectadas. Los reclamos incluso han pedido la renuncia de dichas autoridades desde el alcalde Daniel Augusto, hasta el Intendente regional Marco Antonio Díaz, quienes tienen la facultad de gestionar la ayuda pero que no lo han hecho y por el contrario se han mostrado pasivos e indiferentes.
Uno de los puntos que se abre por la situación que ocurre en la región, es el cuestionamiento a la privatización del agua que en Chile se extiende a lo largo de todo el territorio donde no solo los proyectos mineros agotan las napas subterráneas para sus operaciones si no que también las contaminan. También el servicio de Agua Potable está en manos de empresas transnacionales que se adueñaron del agua para poder sacar grandes ganancias por entregar un servicio de una calidad más que cuestionables y que además en sucesos como los que hoy ocurren en la zona norte dejan una clara ineficiencia en dar soluciones ante cualquier hecho inesperado y donde los afectados son la población, sobre todo la más vulnerables y los trabajadores de las mineras.
Otra de las demandas que seguro será tema para los próximos días es la falta de fiscalización por parte del Gobierno a estas empresas que hoy tienen privatizadas las aguas de Chile debido a que queda demostrado que no son garantía de un servicio tan básico pero elemental como es el agua y que además sacan grandes ganancias por los cobros del suministro que año a año van en aumento y que en situaciones como la de ahora no son capaces de dar respuestas concretas a sus usuarios.
La única salida viable a largo plazo para resolver el problema es que las empresas distribuidoras de agua sean expropiadas y controladas por sus propios trabajadores y trabajadoras y la comunidad de usuarios y usuarias, quienes puedan no solo distribuir, sino que planificar la distribución y perfeccionar las medidas de seguridad para que estas situaciones no sigan ocurriendo con ningún Invierno Altiplánico y las ciudades no se conviertan en lugares desde los cuales los empresarios estrujen ganancias y luego el pueblo trabajador reciba las peores condiciones de vida. |