El viernes 8 de febrero una mujer se presentó al Hospital Cullen de Santa Fe junto a sus padres con hemorragia posparto y un feto muerto, según declaró el director del nosocomio, el doctor Poletti. Ante esta situación, el ginecólogo José Sil de la controvertida institución de la salud la denunció y ahora está acusada de homicidio doloso agravado por el vínculo.
La joven, lejos de conseguir la intervención médica que su cuadro ameritaba, terminó detenida, rodeada de policías y de agentes del Ministerio Público de la Acusación. También, estigmatizada públicamente como asesina, ya que uno de los fiscales intervinientes en esta causa, Marcelo Nessier, habló en los medios prejuzgándola y omitiendo pruebas para esclarecer el caso, como ser su contexto social y situación familiar (es madre de un niño de 4 años).
Ayer se realizó la audiencia imputativa en la cual el juez Jorge Patrizzi le negó el derecho de prisión domiciliaria, argumentando que no está acreditado que su otro hijo de 4 años necesite de ella.
Desde la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto de Santa Fe manifestaron su repudio y exigieron el cese de la criminalización. También se sumó al rechazo la referente de Pan y Rosas - FIT Irene Gamboa, quien no sólo pidió que termine judicialización hacía las mujeres, sino que responsabilizó a los gobiernos de Corral y Lifschitz por la integridad física de la joven y reafirmó la necesidad del derecho al aborto legal, seguro y gratuito.
El Hospital Cullen vuelve a estar en el centro de la polémica, luego de que en agosto de 2018 le negaran un aborto no punible a una mujer. |