La jornada de este sábado muestra que al menos en las principales ciudades del país como Paris y Toulouse no hubo retroceso en la cantidad de gente en la calle.
Como lo señaló el diario Le Monde, la fuerza del movimiento no viene tanto de la cantidad de gente movilizada sino más bien de su radicalidad y el apoyo que recibe de la opinión pública: según relevamientos realizados este 15 de febrero, el 58% de la población sigue apoyando al movimiento después de 3 meses de movilización.
Por su parte, el gobierno sigue respondiendo a las movilizaciones en las calles con una dura represión. La mano dura parece sin embargo no ser un freno real al movimiento, según se puede ver las imágenes de la marcha en París, por ejemplo, y de la presencia de los chalecos amarillos sobre La Plaza Estrella.
Las imágenes en París no dejan de mostrar una fuerte determinación, cuando muchos editorialistas empezaban a hablar del “fin” de la movilización.
En Montreuil, los chalecos amarillos invadieron a un supermercado Carrefour para exigir “plata para los salarios, no para los accionistas”.
En La Réunion, un departamento francés "de ultramar" (colonia), donde había estallado una situación semi insureccional al inicio del movimiento, la ministra Annick Girardin había jugado la carta del dialogo para evitar una radicalización en las colonias francesas. Los reunionenses hoy volvieron a la calle.
Los chalecos amarillos son conscientes de las maniobras del gobierno. La persecución politica a las figuras del movimiento no cesa, como muestra el juicio al exboxeador Christophe Dettinger y la citación de Eric Drouet a declarar ante el tribunal por haber organizado una marcha sin autorización.
Por su lado, el gobierno de Macron quiere intentar relanzar su máquina de reformas neoliberales, como la reforma de la asistencia social a los desocupados que ya anunció.
En Bordeaux, se informa por el momento la presencia de más de 20.000 personas en la manifestación.
En Toulouse, importante bastión de la movilización, la marcha fue particularmente tranquila aun que sigue siendo numerosa. Sectores de estudiantes secundarios y universitarios vinieron en apoyo al movimiento. Se informa cerca de 10.000 personas presentes en el centro de la ciudad.
Por su lado, la CGT llamó a una movilización dominguera en la que se podrían ver nuevas tendencias a la confluencia de parte de los chalecos amarillos, a pesar del freno de la burocracia sindical. |