En múltiples plazas y lugares icónicos de diversas ciudades trasandinas, cientos de mujeres, LGTBI+ y adherentes salieron a exigir el derecho a decidir, la despenalización y legalización del aborto en la Argentina, junto a la implementación inmediata en todo el país de la Ley de educación sexual integral (ESI. Ley 26.150) en las escuelas, el Programa nacional de salud sexual y procreación responsable y el Protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la interrupción legal del embarazo (protocolo ILE).
Esta acción fue una demostración de fuerza en favor de los derechos a la salud, la vida y la autonomía de las mujeres y las personas con capacidad de gestar. En un escenario donde han salido a la luz pública caso de niñas embarazadas productos de la violación, a las cuales solo se les respondió con desamparo y violencia por parte del sistema de salud y judicial, sino que se les negó el derecho a interrumpir su gestación. Efectos reaccionarios tras la derrota en el senado, que trajo que los sectores conservadores se envalentoran, con discursos misóginos y clericales.
El pañuelazo es un grito del movimiento de mujeres y feministas argentino, que expresa que no están dispuesta a ni una muerta ni una presa más por abortos clandestinos. Planteando que “los pañuelos verdes seguirán en alto y no se guardarán hasta que el aborto voluntario sea ley! #SeguimosHaciendoHistoria".
Y entre pañuelazo y asambleas se prepara el 8 de marzo, en palabras de Myriam Bregman, diputada porteña de Argentina, referente de Pan y Rosas y militante del PTS-FIT: "Nuestro compromiso se renueva. Este 8M por lo menos de nuestra parte, estamos trabajando muy fuertemente en facultades, en colegios, para que cuando empiecen las clases esto se retome con mucha fuerza y en los que no empezaron o no van a empezar para esa fecha, estamos contactando a todo el mundo para que podamos hacer una gran columna” y agrego la necesidad de que la movilización esté encabezada por mujeres trabajadoras y en lucha. “Desde nuestra agrupación…queremos que las mujeres trabajadoras tengan un lugar protagónico porque son las que están sufriendo no solo las consecuencias del aborto clandestino, sino las del ajuste y van a sufrir las del FMI. En homenaje a toda esa pelea que están dando cada día en sus lugares de trabajo, queremos ser miles y miles en las calles”.
En Chile ya hemos demostrado la gran fuerza que tiene el movimiento de mujeres en las calles, y este 8M debemos ser cientos de miles nuevamente por nuestras reivindicaciones como el aborto legal y libre, y también en contra de las reformas precarizadoras que impulsa el gobierno derechista de Piñera. Necesitamos la unidad entre el movimiento de mujeres, las y los trabajadores y sus organismos sindicales, y también junto al movimiento estudiantil. |
