Era una de las ocho nominadas en la categoría de "mejor película", el máximo galardón en la entrega de premios más prestigiosa de Hollywood. Sin embargo, no alcanzó a llevarse ese reconocimiento que hasta ahora no ha ganado ninguna producción hablada en un idioma que no sea el inglés.
En blanco y negro, hablada en español y mixteco, la película autobiográfica, que relata la historia de dos mujeres que marcaron la infancia del director, tuvo diez nominaciones, y salió triunfante en tres: mejor director, fotografía y filme "extranjero".
"Quiero agradecer a la Academia por reconocer un film centrado en una mujer indígena, una de los 70 millones de trabajadores domésticos en el mundo sin derechos laborales, un personaje que históricamente ha sido relegado en el cine", dijo Cuarón al recibir el premio por la dirección.
"Como artistas nuestro trabajo es mirar adonde otros no lo hacen. Esta responsabilidad se vuelve mucho más importante en tiempos en los que nos dicen que apartemos la mirada", agregó.
"Roma" está centrada en la historia de esas dos mujeres que marcaron la vida de Cuarón: su mamá, en el marco de su divorcio, y una joven trabajadora doméstica, indígena y embarazada tras sus primeras relaciones sexuales.
“Roma ha funcionado por Yalitza Aparicio y por Marina de Tavira; por la combinación de ambas”, dijo Alfonso Cuarón hace poco, en referencia a las protagonistas de esta película que se estrenó a través de Netflix.
La cinta, que despertó la aclamación de la crítica y el público por su fotografía, así como por su sensibilidad, esconde también un retrato político: el del México de la Guerra Sucia y el del México actual.
Protagonizada por la actriz y pedagoga oaxaqueña Yalitza Aparicio, de 25 años, quien estuvo nominada a "mejor actriz", la película ya inspira a otras mujeres. “Lo que más gusto me da es que Roma esté siendo utilizada como plataforma de organizaciones de trabajadoras del hogar para sus movimientos, tanto en México como en Estados Unidos”, dijo recientemente su director al diario mexicano La Jornada.
“Mi mamá es trabajadora del hogar, por eso me nació hacer esta película”, cuenta Aparicio, y destaca que es un trabajo que "merece derechos, merece tener una jornada laboral adecuada, que su sueldo sea el justo y, sobre todo, merece mucho respeto”. Ese mismo hecho es el que llevó a numerosos sectores a criticar al filme que llegó a la alfombra roja de los Oscar.
La romantización del trabajo que realizan fundamentalmente las mujeres, y sobre todo las más pobres, en la mayoría de los casos sin ningún tipo de reconocimiento ni amparo estatal, bajo condiciones precarias, con jornadas extenuantes y múltiples expresiones de discriminación, es algo que también salió a la luz recientemente en Argentina, con la denuncia que realizaron a través de La Izquierda Diario las trabajadoras del Nordelta.
Con una enorme valentía, ellas pusieron luz sobre el maltrato y la discriminación que sufren limpiando las casas y mansiones de las familias adineradas de este complejo de barrios privados de la zona norte bonaerense.
Con un paso limitado por los cines, la película se caracterizó además por su lanzamiento digital, ubicando a Netflix como compañía tecnológica y acercándola al máximo galardón de la meca cinematográfica.
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