La semana pasada el Estado Vaticano fue sede de un encuentro inédito del Papa Francisco I con victimas de abusos sexuales perpetrados por sacedores de la Iglesia Católica.
En dicho encuentro las victimas pudieron relatar en primera persona los vejámenes por los que tuvieron que pasar en manos de quienes, desde el púlpito, tratan de dar lecciones de moral.
Es así como el Papa y varios obispos de primer orden pudieron escuchar y responder a las denuncias realizadas por victimas de varios países del mundo incluyendo a Chile.
A la par de que se reunía esta instancia, el exmiembro del C9 de Francisco, el cardenal George Pell que fue condenado por pederastía en los tribunales australianos, tomó notificación de la sanción que le aplicará la "Santa Sede".
El castigo a Pell por haber violado a dos menores de edad sería el alejarse del sacerdocio y el trato con niños, caso muy similar al de Karadima en Chile, cuestión que no dejó conforme ni a las victimas directas ni a otras que han sido afectadas por hechos similares.
Es apropósito de esto que la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico de Chile anunció que intentará llevar a la justicia internacional al Estado Vaticano por su responsabilidad de una red de encubrimiento en casos de abusos y violaciones a menores.
Según señaló Jaime Concha, denunciante en el caso Maristas "Vamos a tratar de demostrar que hubo asociación ilícita y crimen organizado en torno a la pederastia“.
La doble moral de la Iglesia
Como ya ha sido la tónica, una vez más la Iglesia Católica muestra la doble moral que reina en sus filas, ya que mientras condenan el aborto, el matrimonio homosexual o la adopción homoparental amparado en la "moral", sirve como red de protección a violadores y pedófilos al rededor del mundo.
Es por esto que el 8 de marzo las mujeres nuevamente han convocado a movilización para reivindicar sus derechos entre los cuales están los sexuales y reproductivos (derecho al aborto legal, libre, seguro y gratuito, educación sexual integral en escuelas, liceos y universidades) que la misma iglesia católica tanto niega. |