Con una concentración de más de cien personas, el pasado martes, los activistas escracharon a la conducción y a los gremialistas, exigiendo una respuesta a sus reclamos contra la patronal. En un diálogo con la Izquierda Diario, los trabajadores describieron estas demandas que van desde múltiples irregularidades en la liquidación de los recibos de sueldo, la regularización del pago de horas extras que se adeudan desde agosto del año pasado, la re-categorización en los puestos de trabajo por aumento de productividad, la efectivización de los trabajadores/as temporarios hasta la quita de beneficios como la bolsa de cumpleaños o la fiesta de fin de año. Asimismo, describieron que están cansados de que la conducción del STIA realice actos y firme acuerdos sin consulta previa a las bases y a sus espaldas.
Ante semejante situación, la reacción de la burocracia sindical no se hizo esperar. Con insultos, calumnias y una campaña difamatoria se acusó a los activistas de “vándalos” y de querer saquear la farmacia del sindicato y realizar actos de hostilidad hacia los empleados de la farmacia del STIA. Sin embargo, lo cierto es que de la concentración participaron no sólo los laburantes afectados sino también sus propias familias, estudiantes y vecinos solidarizados con el conflicto. La hostilidad, en realidad, provino de la presencia de la policía y del grupo antidisturbios C.O.E., ambos convocados por la entidad gremial para amedrentar a los trabajadores y criminalizarlos.
Sin dudas, gracias a las medidas tomadas en asamblea y la solidaridad de los trabajadores de Bagley, los obreros de Mondelez ganaron esta pulseada. Lograron la renuncia de uno de los gremialistas y la firma de un Acta en el Ministerio de Trabajo en la cual se plantea que todo lo firmado hasta el momento quede sin efecto y que cualquier asunto a tratar tanto con el sindicato como con la patronal debe contar con la presencia de los delegados de la planta quienes, a su vez, deberán informar y consultar a la base cualquier tipo de medida.
Lo que demuestra este conflicto, es que se va consolidando un proceso de organización y unión de los trabajadores de la alimentación. Lograr el año pasado la reincorporación de tres compañeros despedidos, y con esta lucha, establecer la asamblea general como máximo órgano de discusión y resolución contra los ataques de la patronal y las traiciones de la conducción del STIA son un ejemplo y aporte en este sentido. |
