Este 8 de Marzo, las calles de Valparaíso se repletaron en una histórica marcha por el Día de la Mujer Trabajadora, donde se calculan que unas 30 mil personas se hicieron presentes en la convocatoria.
Durante el trayecto realizado desde Plaza Sotomayor hasta la Plaza Salvador Allende, se hicieron presentes organismos y sindicatos de trabajadores, estudiantiles y otros sectores populares. Entre ellos se encontraban la Coordinadora por el 8 de Marzo, la Asociación de Empleados Fiscales (ANEF), AJNJI, Sindicato Starbucks y Colegio Winterhill.
En el caso de los organismos estudiantiles tanto las Federaciones de la Universidad Valparaíso (FeUV), Universidad de Playa Ancha (UPLA), y Universidad Andrés Bello, entre otras, también concurrieron a la masiva marcha.
Es así como gritos y consignas se escucharon por las calles y pasadizos del puerto en denuncia a la violencia que viven las mujeres en sus trabajos, lugares de estudio y en sus mismos hogares, expresados en la precarización laboral con rostro de mujer, la clandestinidad del aborto, la olla destapada por los acosos en universidades, y la alta tasa de femicidios que se extiende tanto en Chile como a nivel internacional.
Por último, una fuerte represión se hizo sentir al finalizar la macha, donde como es de costumbre contingente de Fuerzas Especiales de Carabineros, se dedicó a golpear y a detener a las y los manifestantes que se encontraban en el lugar.
Pese al clima reaccionario de deslegitimación a la marcha que intentó instalar el gobierno de Piñera y la derecha, y escepticismo de diversos sectores políticos que frente al paro efectivo lo veían una cuestión imposible, la marcha de este 8 de Marzo en Valparaíso demostró que la fuerza de las trabajadoras y estudiantes puede hacer temblar al gobierno, a los empresarios, a la Iglesia misógina, homofóbica y patriarcal, y por qué no, al mundo entero.
La movilización en Valparaíso es expresión de la potencialidad que tiene el movimiento de mujeres para articular la fuerza de otros sectores de trabajadores y trabajadoras, de estudiantes y juventud, en pos de conquistar demandas sentidas y necesarias, y de cuestionar a esta sociedad que permite la explotación y opresión. El movimiento de mujeres puede dar mucho más y ese es el miedo que tiene el gobierno de Piñera y el régimen.
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