Este movimiento impetuoso que inspiró movilizaciones a nivel internacional volvió a gritar NI UNA MENOS en un año que arrancó con más de 55 mujeres, trans, travestis asesinadas por la violencia machista.
Aquí en Alvear los anti derechos intentaron suspender una charla sobre diversidad sexual, presentaron un proyecto para declarar el departamento “provida” y se niegan a que se aplique la Educación Sexual Integral en todos los niveles educativos. Fueron minoría en las calles cuando se votó el derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito, pero impusieron su mayoría clerical en el Senado para mantener la clandestinidad del Aborto y ahora están atacando con saña y violencia como en Jujuy oTucumán, donde con la complicidad de los gobiernos de Cambiemos y el PJ obligaron a parir a dos niñas violadas a las que se les negó la interrupción legal del embarazo o en Santa Fe donde una mujer fue presa por decidir sobre su cuerpo.
Por eso una de las banderas que se levantó con mucha fuerza es la separación inmediata de la Iglesia y el Estado. La consigna se enfrenta a la política del gobierno nacional pero también a la oposición peronista que, personificada en Cristina Fernández de Kirchner llamó a no enojarse con la iglesia, y más aún, a unir los pañuelos verdes y celestes.
Pero nosotras no estamos dispuestas a resignar nuestros derechos frente al falso debate al que nos quieren llevar los partidos patriarcales y clericales planteando que, para conquistar nuestras demandas, tenemos que aprovechar el año electoral y votar mejor.
No estamos dispuestas a que nos digan que no nos enojemos con la iglesia cuando vemos que constantemente se organizan contra nosotras.
Nosotres seguimos exigiendo EDUCACION SEXUAL PARA DECIDIR, ANTICONCEPTIVOS PARA NO ABORTAR Y ABORTO LEGAL SEGURO Y GRATUITO para no MORIR y en consecuencia la inmediata separación de la iglesia y el estado.
Marchamos por NI UNA MENOS contra los femicidios y travesticidios, contra el brutal ajuste que nos quieren imponer Macri, los gobernadores y el FMI; con tarifazos, inflación, despidos, suspensiones y cierres de fábricas y empresas, una realidad que viven millones y que recae con más fuerza sobre las espaldas de las trabajadoras y de las mujeres más pobres.
Por eso decimos NO AL PAGO DE LA DEUDA, que la crisis la paguen los capitalistas, contra la injerencia imperialistas en América Latina, contra la explotación en nuestros trabajos y la opresión en nuestros hogares y por todos los derechos de las mujeres y los sectores oprimidos: hoy hicimos que la tierra tiemble.
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