El hecho ocurrió a las 4:30 de la mañana del jueves. Santiago Almada, de 50 años, estaba limpiando, como habitualmente lo hacía, una cinta transportadora de basura en la Planta de Tratamiento Mecánico Biológico de Ensenada.
En un momento su brazo derecho se enganchó en la máquina, que se lo arrancó de cuajo y allí comenzó la hemorragia que lo llevaría a la muerte en cuestión de minutos. La ayuda rápida de sus compañeros no alcanzó para evitar el deceso, que se produjo mientras era trasladado en una camioneta de la empresa al Hospital Gutiérrez de La Plata.
Almada trabajaba para la contratista Arxarcillex, que realiza servicios para el Ceamse, la empresa creada en común por la Provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires para procesar los residuos sólidos urbanos del área metropolitana.
Cínicos mensajes oficiales
Desde el departamento de prensa del Ceamse no tardaron en publicar un corto comunicado en el que aparentan sentir “pesar” por el fallecimiento del operario que se vio expuesto a condiciones totalmente inseguras de trabajo.
En paralelo, el secretario de Seguridad del municipio de Ensenada dijo al diario La Nación que los operarios “estaban trabajando sobre una cinta transportadora, motorizada por unos rodillos. Este hombre estaba limpiando la cinta sin pararla. La cinta le enganchó la ropa o el brazo. Lo arrastró e hizo que le amputara el brazo desde el hombro”.
Como suele suceder con cada nueva muerte obrera, las patronales y sus agentes políticos suelen tener una explicación rápida que procura eludir sus responsabilidades directas. En este caso, como se ve, no escatiman en sembrar la sospecha sobre la propia víctima que realizaba día a día ese trabajo. Una canallada manifestada aún con el cuerpo tibio de Almada.
Según se informó, en la Unidad Fiscal de Investigaciones Nº2 (a cargo de Alejandro Marchet) se inició una causa judicial caratulada como “muerte por accidente”. El fiscal estuvo en el lugar y constató que en el galpón donde trabajaba Alada hay cámaras de seguridad.
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