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La Izquierda Diario
15 de marzo de 2019 Twitter Faceboock

Elecciones 2019
“Cada vez que venía Macri, Mestre era el primero que intentaba sacarse una foto con él”
Eduardo Castilla | X: @castillaeduardo

El periodista cordobés Mariano Bergero habló con La Izquierda Diario y analizó el escenario provincial tras la ruptura en Cambiemos.

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Mariano Bergero es editor de la sección política en el diario La Voz del Interior. Además, es columnista en Voz y Voto y en FM Centenario. Este viernes habló con La Izquierda Diario para analizar el escenario político cordobés en el marco de la ruptura de Cambiemos.

¿Cómo se llega a esta situación en Cambiemos?

Cambiemos Córdoba nunca terminó de conformarse como una alianza política que tuviera una cohesión, al menos mínima, como para funcionar como una combinación de partidos.

En el 2015 se conformó lo que en el principio fue Juntos por Córdoba, el primer ensayo de Cambiemos. En Córdoba las elecciones provinciales fueron antes de las PASO. Ya en aquella elección el mestrismo no había trabajado tan fervientemente por la candidatura de (Oscar) Aguad.

Recién a partir de que gana Macri, Juntos por Córdoba empieza a tomar la marca Cambiemos, pero nunca constituyéndose como tal.

Por ejemplo, en la legislatura todas las bancas del macrismo, del radicalismo y del Frente Cívico fueron obtenidas por esa alianza. Pero en la práctica se dividieron, constituyendo bloques partidarios separados.

¿Funcionan como interbloque?

Son un interbloque, pero bastante, bastante desordenado. Con el PRO jugado mucho más alineado a Schiaretti por la sociedad que tiene el gobernador con sus legisladores en el Congreso Nacional.

A veces, ante algo que proponía el peronismo, la Unión Cívica Radical rechazaba y el PRO lo aprobaba porque Frigerio bajaba la orden. Se partía el interbloque.

Ya en 2017 hubo fricciones importantes entre la Casa Rosada y el radicalismo por la candidatura de Diego Mestre. Ahí empezaron los pases de factura y las primeras rencillas públicas, entre Marcos Peña y Mestre, que nunca tuvieron buena relación.

Pero cada vez que venía Macri, Mestre era el primero que intentaba sacarse una foto con él. Él intentó construir una mejor relación con la Casa Rosada, pero nunca tuvo éxito.

¿Cuánto pesa la mala imagen de Mestre a la hora de evaluar desde la Casa Rosada?

Pesa mucho. Porque estamos hablando de un Marcos Peña que, básicamente, toma decisiones en función de mediciones de imagen y de intención de voto.

Y la imagen de Mestre, después de dos períodos cumplidos como intendente de la capital, no es buena. Tiene altos niveles de rechazo. Por encima del 60 o 65 % de imagen negativa, respecto de la gestión.

Más acá en el tiempo, ante la debilidad política de Macri en los últimos meses, Mestre comenzó a trabajar para su candidatura. Negri no era un dirigente que en los últimos años se hubiera ocupado mucho de Córdoba. Más bien estaba enfocado en su responsabilidad en la Cámara de Diputados. Pero en la Casa Rosada empezaron a verlo como candidato.

El PRO en Córdoba también tiene muchas dificultades. Está atravesado por una interna que tiene como raíz la disputa entre Marcos Peña y Emilio Monzó. El ala política del PRO aquí en Córdoba controla lo que es el PRO orgánico, es decir partidario. Pero la principal figura es Hector Baldassi, que responde directamente a la Casa Rosada. También ahí hay una interna importante.

¿Cómo afecta esto a la elección nacional y a Macri en particular?

Las elecciones están bastante separadas entre sí. Es difícil pronosticar cuál puede ser el efecto. Esta provincia ha demostrado que es bastante selectiva a la hora de votar. Ha votado de distintas formas de acuerdo a cada disputa que se puso en juego.

En 2017 ganó Cambiemos la elección legislativa por amplísimo margen. Sin embargo, Schiaretti tiene una alta consideración en cuanto a la gestión. Eso no varió desde ese momento.

La verdad es que nada hace pensar que Macri vaya a hacer una mala elección en octubre en Córdoba. No sé si tanto como el 71 % que sacó en 2015, pero seguramente va a estar cosechando un buen caudal de votos. Sobre todo, porqué Córdoba como provincia es abiertamente anti-kirchnerista.

Entonces hay que terminar viendo cómo es el escenario nacional, si Cristina finalmente va a jugar o no. Si ella no juega y es Lavagna el candidato, ahí quizá Macri tenga más problemas. Cuando Lavagna fue candidato presidencial en el único distrito en el que ganó, fue en Córdoba.

 
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