En un claro intento de contagiarse un poco de la buena imagen que preserva la gobernadora María Eugenia Vidal, el presidente recibió en Olivos a 64 de los 67 intendentes bonaereses de Cambiemos.
Vidal abrió la reunión reivindicando al presidente y su equipo que “están haciendo lo mejor” para el país y arengó a los alcaldes a “dar la pelea” en el territorio.
Por su parte, Macri exhortó a los presentes a lanzar la campaña electoral con "coraje y convicción" y a mostrar las obras que se están haciendo en cada localidad.
Así, el cónclave puso el eje en activar la tropa propia. De ahí que los jefes comunales fueran agasajados a todo trapo: comieron bife de lomo, chorizo, morcilla, ensaladas y papas fritas.
Esperemos que no les suba mucho el colesterol: mejor tener el corazón en forma para afrontar con menos recursos una campaña electoral que se avizora difícil.
Sucede que el oficialismo necesita remontar el descontento por la grave situación económica y la brutal caída en la imagen del presidente, a quien amplios sectores señalan con razón como principal responsable del ajuste, el pacto con el FMI, los tarifazos y los despidos. | 
