El viernes 13 de marzo el Ministerio de Educación le envió una carta a la meja ejecutiva del Confech con motivo de invitarlos al proceso de dialogo pre-legislativo de la Reforma de Educación Superior. Con dicha intención se realizó la reunión desarrollada el día lunes.
A dos semanas del comienzo del año escolar en la mayoría de los planteles universitarios, y sin previa discusión de los estudiantes, la plenaria del Confech desarrollada el sábado decidió participar de dicha instancia y convocar una movilización para el día 16 de abril.
Los argumentos esbozados por de los dirigentes estudiantiles del denominado bloque de conducción (compuesto por Izquierda Autónoma, Fel y UNE) -que tienen la amplia mayoría en el Confech- para votar a favor de la asistencia a la cita con el ministro fue que era de carácter informativa.
Las expresiones a la salida de la reunión
Terminada la cita las apreciaciones por parte de los dirigentes se centraron en la falta de claridad que tiene el gobierno y la necesidad de un espacio amplio para llegar a acuerdo con todos los actores. Valentina Saavedra, presidenta de la Fech planteó en una entrevista con radio Cooperativa que “en una primera reunión estuvo bien en ese sentido pero nos parece que hay un montón de elementos que están ausentes y nosotros obviamente vamos a estar dialogando y movilizándonos para que estén presentes en el futuro”.
El llamado de la mesa ejecutiva de la Confech al gobierno fue que actuara como articulador, que convoque a todos los actores a discutir y ponerse de acuerdo, a la vez que al movimiento estudiantil lo llamaron al dialogo y a la movilización para ejercer presión.
El día antes que se realizara la reunión el vocero de gobierno expresó su rechazo ante la movilización fijada por el Confech ya que aseguraba que “Todo este proceso lo vamos a desarrollar en un marco de diálogo, por lo tanto, las medidas de presión no tienen mucho sentido, porque la disposición del Gobierno es escuchar a todos los sectores para que efectivamente el Congreso resuelva sobre la base de la propuesta de proyectos de ley que ha presentado el Gobierno”.
La verdadera disputa en este marco político
El gobierno ya expresó su rechazo a la movilización, y aseguro su intención de dialogo. El Confech ya planteó su disposición a dialogar y presentó su estrategia: movilización como método de presión. Pero lo de fondo es que el gobierno tuvo que reordenar su agenda política a los tiempos de los cuestionamientos abiertos por el caso Penta, Caval y SQM, complicándosele así una de sus principales batallas: la reforma educacional.
El gobierno después de un 2014 con una política ofensiva hacia los movimientos sociales por medio de las mesas de dialogo, y un Confech que convocó a sólo tres movilizaciones se encontraba en una posición favorable para hacer pasar la Reforma Educacional en sus términos por el parlamento. Así lo mostró el proyecto de ley de Inclusión Escolar (fin al lucro, selección y copago). Pero ahora la castapenta está cuestionada y los ritmos políticos cambian.
En plano educacional quedan los proyectos de gratuidad en Educación Superior, Desmunicipalización y Plan nacional Docente. Todos a llevarse adelante en el marco del amplio cuestionamiento a los partidos del régimen, y lo que va develando la arista SQM. El gobierno no quiere movilización porque se le complica el panorama, implica tensionar más los cuestionamientos lo que les da menos margen de cerrar todo por arriba.
Lo que queda por pasar de la Reforma Educacional implica a secundarios, universitarios y docentes, lo que abre un espacio para que puedan confluir movilizaciones de estos tres actores, eso es lo que teme el gobierno. Y ese es el límite de la política que está levantado el Confech, porque la movilización por presión implica subordinarse a los tiempos del dialogo del gobierno que lucha por limpiarse la cara, y pedirle que actué como articulador le da margen para hacerlo (por lo menos en este plano). Los acuerdos generales deben ser entre los actores de la educación, pero no de los sostenedores y dueños de la educación, sino de los que hoy pueden confluir desde las bases en la movilización: secundarios, universitarios y docentes para conquistar la educación que necesitamos. |