El dato lo dio a conocer el periodista de Clarín, Marcelo Bonelli, en su columna habitual. Según detalla el periodista fue el titular del Banco Central, Guido Sandleris, quien se tuvo que poner al hombro la patriada, porque el Gobierno considera “políticamente complicado” en pleno año electoral, dejar al descubierto que el ajuste que pesa sobre las mayorías obreras y populares tiene como correlato un monumental enriquecimiento de un puñado de especuladores y empresarios.
Sandleris realizó este pedido en el marco de la reunión que mantuvo con la cúpula de ADEBA (Asociación de Bancos Argentinos). Además, les pidió que acompañen al gobierno con el “torniquete monetario subiendo la tasa de plazos fijos”.
El ruego del Gobierno tiene como fundamento cuidar las formas, o más bien los votos, en la carrera electoral hacia las elecciones de octubre. Toman nota de que la bronca y el hartazgo ante los tarifazos, la inflación, los despidos, la precarización laboral y las suspensiones crecen y que la imagen negativa de Macri no para de crecer. La fórmula de Duran Barba podría resumirse en: si hay miseria y desigualdad que no se note.
No se puede tapar el sol con un dedo
Durante la gestión de Cambiemos uno de los sectores empresarios que más ganaron fueron los bancos. Desde el año pasado, cuando comenzaron las famosas corridas bancarias, el sector financiero no para de sumar cada vez más dinero a sus abultados bolsillos.
Según publicó Ámbito el pasado 14 de febrero: "De acuerdo con el Informe sobre Bancos, divulgado ayer por el Banco Central, las ganancias del sistema financiero alcanzaron los $23.199 millones en diciembre, acumulando en el año $172.106,2 millones, que fue un 121,5% superior al resultado de 2017".
Datos similares surgen del último informe del Banco Central. Se trata del Informe Sobre Bancos que publica mensualmente la entidad. Publicado el jueves 14 de marzo, detalla que en el acumulado de 12 meses a enero de 2019 los bancos devengaron utilidades nominales por 4,2 % del activo y 37,6 % del patrimonio neto. Esto marca un aumento de 1,4 y 13,8 puntos porcentuales respectivamente respecto del acumulado entre febrero de 2017 y enero de 2018. Como se ve, no hay crisis que bien no venga para el sector financiero.
Para los trabajadores fue exactamente al revés. Vieron caer sus ingresos mes a mes cuando no, perder sus empleos. La fiesta de unos pocos, la vienen pagando millones con su sangre y su sudor. | 
