El delegado de la Junta Interna de ATE de la PIAP, Pablo Sosa, aseguró que no los sorprendió el discurso del gobernador: “Nos sentimos abandonados por el gobierno nacional y provincial, por eso la verdad no nos sorprendió que no haya hablado de la planta ni anunciado ninguna medida para su reactivación”.
La diputada del Movimiento Popular Neuquino, Gloria Sifuentes, les había anticipado en la Comisión de Legislación del Trabajo y Asuntos Laborales, donde expusieron la situación de la planta “que el gobernador algo iba a decir en su discurso” y que “desde la Secretaría de Energía y de la Subsecretaría de Trabajo se está trabajando en distintas alternativas para resolver la situación de los trabajadores de la PIAP”. Esto generó una “pequeña esperanza”, sostuvo el delegado.
Por su parte el diputado del Frente de Izquierda Raúl Godoy, denunció públicamente que el gobernador no mencionó a la Planta de Industrial de Agua Pesada en su discurso.
La Planta Industrial de Agua Pesada es una empresa emblemática que se pensó para acompañar el desarrollo de las centrales nucleares en Argentina, por eso es un orgullo provincial.
Desde hace casi dos años la planta no produce ni una sola gota de agua pesada y más de 300 familias trabajadoras viven en la incertidumbre de no ver una salida en el horizonte. El gobierno nacional y provincial no tiene la decisión política de reactivar la planta y la posible reconversión en una fábrica de fertilizantes, sigue siendo una promesa incierta y muy a largo plazo.
En enero de este año el subsecretario de Energía Nuclear de Nación, Julián Gadano, les adelantó en una reunión con los delegados que durante el 2019 la planta seguirá parada y confirmó que la apuesta del gobierno es que la planta sea adaptada para producción dual: fertilizantes y agua pesada.
“Hacen falta 400 toneladas de stock para las tres centrales existentes en el país que tienen una vida útil de 30 años más. No solo lo decimos los trabajadores del sector nuclear sino que también lo dijo Gadano”, afirmó Pablo Sosa y agregó: “No entendemos esta decisión política de no poner producir la planta. Sólo apuntan al petróleo, a los hidrocarburos a llevarse todo lo que hay en Vaca Muerta”
Sobre la posible reconversión Sosa sostuvo que “hablan de construir una planta de fertilizantes pero es algo que lleva 4 años de obra, se necesitan inversores que aporten alrededor de 600 millones de dólares que hoy no los tienen”.
La principal preocupación de los trabajadores es la continuidad de los puestos de trabajo “qué pasa con las 300 familias que dependemos directamente de la planta mientras construyen la planta de fertilizantes” se preguntó el delegado y aseguró que esa no es la salida.
El delegado considera que hay mercado a nivel nacional e internacional para el agua pesada. “La India tiene un plan de construcción de 10 centrales con agua pesada. Mercado hay, lo que no hay es una decisión política de estos gobiernos”.
Los trabajadores de la PIAP van a seguir peleando por la reactivación de la planta y la defensa de los puestos de trabajo y han dado importantes pasos en la coordinación en las calles con los ceramistas y las textiles. Este 24 de marzo volverán a confluir en las calles contra la impunidad de ayer y de hoy, en defensa de la PIAP y las gestiones obreras. |