Imagen: Sex Education (Netflix)
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En Argentina, desde 2006, existe una ley de Educación Sexual Integral que dice: “Todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada (...) entiéndase como educación sexual integral la que articula aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos”.
Pero esta ley no se implementa, y hasta hace poco casi no se discutía. Se hizo conocida en 2018, durante el debate del aborto legal. ¿Se acuerdan de toda esa gente en contra del derecho de las mujeres a decidir sin morir en el intento diciendo “El verdadero problema es la educación sexual, debemos educar a los niños, ese es el futuro”. O, como dijo la gobernadora María Eugenia Vidal, el mismo día de la votación en el Senado: “Lo positivo es que ya nadie pone en duda la necesidad de educación sexual”.
Entonces, ¿la Provincia de Buenos Aires tiene los mejores programas de educación sexual? No, en septiembre de 2018, la gobernadora Vidal respondió a las presionesde Jorge Sennewald, al frente de ACIERA (Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina) y frenó el proyecto de reforma de la ley de educación sexual con media sanción en la Cámara baja provincial, que buscaba garantizar la educación sexual en las escuelas.
Cosas parecidas pasan en todo el país, por eso según una encuesta de Amnistía Internacional publicada a comienzos de 2019, solo 2 de cada 10 jóvenes recibe educación sexual.
Las escuelas que imparten ESI lo hacen por decisión y dedicación de las docentes, en general sin recursos oficiales. En las secundarias sobre todo, son las y los estudiantes los que ponen sobre la mesa el problema.
¿Dónde está mi ESI?
En algunos lugares fueron más allá e hicieron su propio manual de ESI. Las chicas y los chicos de la secundaria N° 14 Carlos Vergara, de La Plata, participaron de un proyecto extracurricular, en el marco del Programa Jóvenes y Memoria, de la Comisión Provincial de la Memoria. Tenían que hablar sobre un derecho postergado y eligieron este. Con su profe de Literatura hicieron “¿Dónde está mi ESI?”.
El libro se publicó hace poquito, lo pidieron de muchos lugares del país y también hubo pedidos de España por ejemplo. En el manual, que se encuentra en internet, además de aspectos biológicos y de salud sexual hablan de la lucha de las mujeres por sus derechos, del problema de los medios, la violencia, y muchas otras cosas que son de alguna forma parte de cómo nos relacionamos.
Gracias a las chicas y los chicos del Vergara de La Plata hay un manual presentable en internet. Porque si es por el gobierno nacional o los gobiernos provinciales, en las escuelas no se habla de nada.
Pero aunque a la Iglesia y a los conservadores no les guste, la sexualidad es parte de nuestras vidas. En la televisión y en la literatura muchas veces se habla de sexo; el problema es que en general se usan muchos prejuicios: el sexo relacionado con tener hijos, la heteronorma, los prejuicios religiosos). También hay cosas peligrosas, como Gisela Barreto y sus metáforas sobre la sexualidad y el vaso o Mariano Obarrio que se dedica a ir a hospitales para que obstaculizar abortos no punibles.
Hay muchas cosas interesantes para ver y leer sobre sexualidad en la televisión y en la literatura. Elegimos dos: una revista y una serie.
Para leer: Revista Clítoris
Atención, no es una revista femenina. Es un comic, una revista de historietas donde participan varias ilustradoras y algunos ilustradores.
Nació en 2010. Tiene 4 tomos que recopilan todos los números, se pueden leer todos de forma independiente. Y se puede leer online: http://revistaclitoris.blogspot.com
Clítoris habla de un sinfín de posibilidades de relacionarnos, tantas formas de sexualidad como personas hay en el mundo. Y también habla mucho de lo que rodea y le da forma a la mayoría de las relaciones que tenemos con otras personas: habla del derecho al aborto, del machismo, del trabajo no remunerado, la discriminación.
Para ver: Sex Education (Netflix)
Es una miniserie británica de 8 episodios sobre la vida de Otis Milburn (Asa Butterfield), que es un pibe de secundaria. Es tímido, bastante retraído, su amigo Eric es todo lo contrario. Otis nunca tuvo relaciones sexuales pero termina haciendo una clínica sobre sexualidad en la escuela.
¿Cómo pasa esto? Otis es hijo de una terapeuta sexual famosa, Jean Milburn (Gillian Anderson), y se alía en la escuela con Maeve (Emma Mackey), una chica muy inteligente con fama de rebelde y a quien en la escuela la persiguen con el estigma de “chica fácil”.
Con esta dinámica, vemos los casos que atiende Otis en un baño semiabandonado del colegio, mientras se desarrolla la historia de él y sus amigos.
En cada episodio vemos varios temas de sexualidad, desde cosas básicas como aprender a poner un preservativo y hablar sobre el ciclo reproductivo, hasta cosas más complejas pero cotidianas como la presión de la eyaculación o la falta de deseo. No es muy común que se trate este tema: en general, la insatisfacción o la imposibilidad del orgasmo está contado como un tema de las mujeres y Sex Education eligió contarlo desde el punto de vista masculino, y me parece que eso habilita muchas discusiones.
La variedad del deseo sexual está muy presente. El mejor amigo de Otis, Eric, es gay, tiene una familia muy religiosa y se la pasa atajando prejuicios (incluso de sus amigos y amigas). A la clínica de Otis van heterosexuales, homosexuales, gente que no sabe todavía lo que le gusta, nada está puesto en tela de juicio. Son simplemente formas diferentes de relaciones y de sexualidad.
El deseo de las mujeres también está muy presente, especialmente en la mamá de Otis, que tiene relaciones con diferentes hombres y los manda a su casa al día siguiente, sin muchas excusas. En la serie esto no es sobreanalizado ni estigmatizado.
En muchas de las conversaciones surgen muchos de los temas que rodean a la sexualidad y las relaciones entre las personas, los problemas sociales, las diferencias de clase o los prejuicios religiosos.
También está presente el derecho al aborto, sin grandes discursos ni remarcar nada. La serie eligió mostrar a una chica joven tomando una decisión, y en la clínica (que no es clandestina) se encuentra con otras mujeres en una situación muy diferente a la de ella pero tomando una decisión similar. Escenas como estas ayudan a desterrar prejuicios sobre las mujeres que abortan, en la clínica hay jóvenes, adultas, madres, mujeres que no lo son.
Como no podía ser de otra forma las redes sociales son parte de las historias de este colegio. Cuando se viraliza la foto de la vagina de una chica por una especie de venganza, vemos cómo una respuesta colectiva desactiva el chantaje.
Evidentemente los guionistas de esta serie saben que su televidente promedio es alguien que tiene ideas muy diferentes a las de su familia sobre la sexualidad.
Por eso, aunque las Iglesias hayan logrado por ahora que la ESI siga desactivada en la mayoría del país, la sexualidad sigue siendo un tema reflexión y de discusión porque es parte de la vida.
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