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La Izquierda Diario
29 de noviembre de 2024 Faceboock

TARIQUÍA: ANTE EL AVASALLAMIENTO DEL GOBIERNO Y LAS PETROLERAS
Paro cívico en Tarija contra la represión en Chiquiacá y en defensa de Tariquía
Dalila Fabreger | Militante de Pan y Rosas

El Gobierno del MAS no respetó el cuarto intermedio acordado el pasado 2 de marzo y cuatro días antes de la fecha establecida para el diálogo mandó policías a reprimir a los comunarios de Chiquiacá para abrir el paso a las petroleras. Hoy hay paro cívico en todo el Departamento de Tarija.

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Una vez más, la Reserva de Tariquía fue víctima de la represión estatal y el pisoteo de sus derechos. El pasado 1 de marzo, las empresas petroleras quisieron ingresar a la Reserva por Chiquiacá Norte con efectivos policiales y se acordó un cuarto intermedio donde se decidió una reunión para el 25 de marzo, en la que supuestamente Petrobras, junto a autoridades de diferentes ministerios, iban a informar debidamente a la población sobre las actividades que pensaban desarrollar. Sin embargo, cuatro días antes de esta reunión el Gobierno volvió a mandar efectivos policiales para reprimir a la gente del lugar y volver a dar paso a las petroleras, pasando por encima de los comunarios, la mayoría mujeres y niños.

Este atropello es un eslabón más de una serie de pasos dados por el Gobierno para profundizar su modelo extractivista. Pese a las constantes denuncias de los comunarios de que nunca existió una consulta previa tal como manda la misma constitución, mediante el Decreto Supremo 2366 promulgado por el presidente en 2015 que habilita la exploración dentro de áreas protegidas y, ahora, la arbitraria rezonificación de las zonas núcleo de Tariquía avalada por el mismo SERNAP (Servicio Nacional de Áreas Protegidas); el gobierno ha utilizado todo su poder para acallar las demandas de la población de Tariquía.

Pero habría que preguntarse, ¿qué es lo que lleva al Gobierno a asumir una medida drástica a solo cuatro días de un diálogo abierto? Evidentemente existe desesperación por parte del oficialismo de evitar una crisis económica que se avecina y seguir garantizando a los países y empresas que compran el gas nuevas fuentes gasíferas. Si es verdad que bajo Tariquía hay “un mar de gas” significaría para el gobierno contar con más recursos y ubicarse en una mejor situación de negociación sin importar los derechos que deban ser sacrificados en el proceso.

Pero hay algo que está claro para todos, especialmente en Tarija, el gas no ha traído beneficios ni crecimiento para este departamento, ni para todos los que migraron en la época del boom del gas aquí creyendo que podrían mejorar sus condiciones de vida, de hecho, solo se incrementó la masa empobrecida en las ciudades, la salud empeoró y la calidad de vida decreció enormemente, y eso es solo lo que se percibe a primera vista.

No solo es el deterioro ambiental una consecuencia de estas actividades, sino el deterioro social. Es bien sabida la aparición de prostíbulos cerca de los campamentos, como en el caso de Caraparí, y es que la gente tiene fuertes necesidades económicas que evidentemente estas empresas no solucionan, y debe recurrir a medidas extremas, es la miseria del capitalismo en su máxima expresión. La “supuesta” responsabilidad social de las petroleras es un discurso, pues todo lo que construyen es para su propio uso, nunca para beneficio de los habitantes de los territorios que están explotando.

El gobierno quiere deslegitimar la lucha de los comunarios acusándolos de ser financiados por ONG’s y partidos políticos y de esta manera han logrado fracturar en gran medida las estructuras sociales y sindicales de las y los comunarios de la reserva. Jugando con las necesidades de la gente han conseguido que la unidad que siempre existió entre las diversas comunidades de la reserva se haya fragmentado poniendo a unos contra otros a favor de los intereses del gobierno y las transnacionales. Así mismo, han desconocido la estructura sindical creando una subcentral paralela a la oficial, que era la que representaba a los Tariquieños siendo incluso amenazada personalmente su secretaria general Paula Gareca.

Finalmente, todo ha derivado en la represión acontecida el pasado jueves. La reunión que se había previsto para este lunes 25 de marzo fue llevada a cabo con los comunarios, ya que ni el ministro de Hidrocarburos, ni otra autoridad o representantes de Petrobras se hicieron presentes, sino que desde la ciudad de Tarija anunciaron que los trabajos ya se estaban iniciando. Sin embargo, se tomaron importantes decisiones en esta reunión acontecida en el puente de Chiaquiacá Norte, siendo una de las más destacadas la exigencia de la derogación de los decretos que favorecen a las petroleras y la firme oposición a la entrada de las petroleras al territorio, resolución que fue firmada por comunarios y autoridades, excepto cuatro: Eduardo Fernández del Comité en Defensa del 45 por ciento; el subgobernador de O’Connor Walter Ferrufino; el ejecutivo de la Federación Sindical Única de Comunidades Campesinas de Tarija (Fsucct), Miguel Ángel Gallardo y el ejecutivo de la Central de Campesinos de Entre Ríos, Alfredo Huarachi (El País, 26/03/2019). Además, se evaluará pedir la declaración de la Reserva como patrimonio intangible de la humanidad.

Para este miércoles, también se ha llamado a paro cívico en el departamento de Tarija, una tardía respuesta del comité cívico ante la presión. Sin embargo, la verdadera defensa se dio el lunes 25 de marzo en Chiquiacá, donde las y los comunarios se hicieron presentes en el lugar de los hechos para defender sus derechos. El siguiente paso en la defensa de la Reserva, debe ser comprometer a más sectores de trabajadores en la defensa activa de Tariquía, que es el pulmón de nuestro departamento. Si bien los primeros perjudicados con estas actividades petroleras serán los habitantes de la Reserva, no debemos olvidar que dependemos de ese ecosistema para vivir, que todos convivimos en un ecosistema tan entretejido, que lo que pase allá, más temprano que tarde nos afectará. Los efectos del cambio climático propiciados por el capitalismo salvaje en el que nos hemos visto obligados a vivir, ya se sienten en nuestro país. Bolivia es un país poco preparado para hacerle frente a esta amenaza. Mientras el gobierno solo se preocupa de profundizar la economía extractiva del país, deja de lado el trabajo fundamental de prevención y mitigación de riesgos, constituyéndose además como parte del problema, permitiendo la deforestación de 420.000 Has. Para las plantaciones de monocultivos de soya que es de donde se extrae el “bio” combustible Etanol, que el gobierno está implementando.

 
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