Los paros se realizarán en los tres turnos, durante la mañana serán entre las 7h y las 11h y por la tarde entre 16h y 20h, mas las cuatro horas en el turno de noche.
Estos paros son la continuidad de los ya realizados en el mes de febrero coincidiendo con la celebración del Mobile World Congres,, paros que no tuvieron gran repercusión debido a la declaración por parte del ayuntamiento de altos niveles de contaminación ambiental, lo que llevó a Treball a establecer unos servicios mínimos muy elevados, en un sospechoso intento de minimizar los efectos de los paros.
La decisión de aumentar las horas de paro a 4 por jornada se tomo en la misma asamblea, con 167 votos a favor contra 97 votos que sugerían el paro de 24h continuadas, supone un paso mas en el desencuentro entre los trabajadores y la empresa ya que en la práctica no se podrá normalizar el sistema durante todo el día por los tiempos necesarios para el restablecimiento de los horarios de forma gradual.
Los sindicatos aseguran que en el metro existe un problema de salud laboral y denuncian que la dirección lo está relativizando sin garantizar la protección "real" de los trabajadores y por eso exigen la revisión médica adecuada a toda la plantilla y no solo a la de las zonas de mantenimiento y taller.
Asimismo el comité pide a TMB que se encargue de la limpieza de la ropa de trabajo del personal de mantenimiento para evitar exposiciones de los familiares y reclama se utilicen microscopios electrónicos en lugar de ópticos con el fin de comprobar si hay restos de fibra de asbestos en las instalaciones. Todas estas peticiones están avaladas por expertos y puestas en práctica en otras empresas afectadas por amianto, según ha declarado Toni Edo, miembro del comité de empresa.
Además del grave problema que supone el tema del amianto, en sus reivindicaciones la plantilla no olvida otros temas como el aumento de contratación a través de la bolsa de verano, que en un despido declarado improcedente, el trabajador o trabajadora tenga la decisión de su reincorporación al puesto de trabajo o aceptar la indemnización correspondiente y la prejubilación de personal de edad avanzada que están a jornada parcial, entre otros.
El Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat están actuando como auténticas empresas de un sistema capitalista donde los intereses económicos están por encima de todo. Un servicio público tan necesario como el caso de Metro debería tener una transparencia total, no solo con su plantilla sino incluso con los usuarios, puesto que aún no está claro si puede haber o no restos de amianto en las instalaciones de las estaciones.
Conocer a través de estos paros que es un problema que se daba desde 1987 y fue ocultado hasta que surgieron los primeros casos de contaminación, deja en evidencia la falta de respeto hacia l@s trabajador@s y los usuarios por parte de los distintos gobiernos habidos desde entonces y legítima aún mas si cabe la lucha de la plantilla de Metro. |