La esperanza de que el proceso de votos indicativos serviría para salir el impasse se evaporó rápidamente. Lo que el lunes parecía una salida viable hoy se convirtió en su contrario. El estancamiento del régimen muestra que el Brexit representa una de las crisis internas más grandes que el Reino Unido enfrenta en edad moderna, comparable quizás con la crisis de Suez.
¿Cuál fue el resultado de las alternativas votadas este miércoles?
La propuesta que planteaba una unión aduanera con la Unión Europea fue rechaza por 272 votos en contra y 264 a favor. El llamado a que se convoque un referéndum para respaldar todo acuerdo fue rechazado por 295 contra 268 votos. Un plan alternativo propuesto por el Partido Laborista, que incluía una “estrecha alineación” con el Mercado Único y la protección de los derechos de los trabajares, fue derrotada por 307 votos contra 237.
Ninguna de las cinco alternativas restantes logró conseguir una mayoría de votos en la Cámara de los Comunes. Estas se resumen en: una salida sin acuerdo, sumarse al mercado Común 2.0 (conocido como “Noruega+”),la permanencia en el Área Económica Europea/ Asociación Europea de Libre Cambio y, por último,la revocación del Artículo 50 del Tratado de Lisboa para frenar el proceso del Brexit.
De las ocho propuestas, la que planteaba someter a voto público todo acuerdo y la que proponía permanecer en la Unión Aduanera lograron la mayor cantidad de votos, 268 y 264 respectivamente. En tercer lugar, le siguió la propuesta del laborismo con 237 votos.
El diputado conservador Oliver Letwin, que supervisó el proceso de votos indicativos, declaró que la ausencia de una mayoría para cualquiera de las mociones fue “decepcionante”. Asimismo, expresó que consideraba que los diputados deberían tener otra oportunidad para tratar de lograr un consenso el lunes de la próxima semana. Aclaró que este paso no sería necesario si el acuerdo de salida del Brexit de la primera ministra se aprobaba antes de ese día.
Por su parte, el secretario del Brexit, Steven Barclay, indicó que los resultados fortalecían la postura del gobierno de que el acuerdo de May era “la mejor opción”.
Que May se guardara la jugada hasta último momento despertó dudas. ¿Qué sentido tiene votar un plan a condición de que su defensor dimita? En un inesperado giro político, los otrora más fervientes enemigos del acuerdo se han convertido en sus más ardientes defensores. Calculada maniobra política: la partida de May podría permitirle al ala euroescéptica poner al mando de la nave a uno de los suyos y así quizás negociar una salida más dura. Su táctica es agrupar al Reino Unido fuera de la EU para luego “quemar los puentes”. No debemos olvidar que, a partir de la fecha de la implementación de la salida de la UE, empieza el “periodo de transición” que en principio duraría hasta diciembre de 2020, pero podría extenderse por otros cinco años.
Mientras Theresa May se juega la última carta ofreciendo su renuncia a cambio de que el parlamento vote su acuerdo en el tercer intento, el parlamento no puede acordar cómo salir de la situación de paralización en la que se encuentra.
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