Ante la próxima caravana migrante –que se estima en más de 20 mil personas- el gobierno de López Obrador prepara un cinturón de "contención" de fuerzas federales en todo el istmo de Tehuantepec. Es decir, un despliegue policíaco-militar para cumplir con las órdenes de Washington de que los migrantes no lleguen a territorio estadounidense.
“Vamos a ubicar nuestras instalaciones de migración, de la Policía Federal y de la protección civil, de manera armoniosa y con la colaboración de todas las agencias del gobierno federal de tal manera que tengamos contención en el istmo de Tehuantepec”, declaró un día después de la reunión con Nielsen.
La secretaria de gobernación no dio más especificaciones sobre cómo se llevará a cabo el operativo, pero trata de negar la militarización, a pocos días de la aprobación de la Guardia nacional, el nuevo cuerpo represivo cuya función es mantener a los militares en las calles.
Mientras tanto, una nueva caravana de migrantes integrada por unas 2,500 personas, principalmente de Nicaragua, Cuba, El Salvador, Honduras y Guatemala, avanza desde el sur de México esta semana, con destino a la frontera de los Estados Unidos. Ya se dieron a conocer denuncias de activistas que señalan que el gobierno mexicano busca desgastar las caravanas o evitar que intentaran llegar a territorio estadounidense.
Una vez más se evidencia el pérfido papel del gobierno de López Obrador, que escudado en un discurso pro derechos humanos, sigue haciendo de gendarme ante los migrantes, en continuidad con el gobierno de Peña Nieto.
Con información de The Associated Press, The Washington Post y Regeneración |