Varios policías uniformados de civil intentaron detener a una mujer indocumentada y los usuarios la defendieron. La respuesta policial fue realizar un operativo desmedido en la estación Constitución de la Línea C del subte y, ante la reacción de los pasajeros, los efectivos arrojaron gas pimienta contra los usuarios.
Los usuarios no sólo se tienen que bancar la violencia policial sino también el aumento de la tarifa, que no implicó mejoras sustanciales del transporte sino solamente ganancia para la privatizada Metrovías. En el caso del subte, con cada lluvia hay estaciones que se inundan, corren riesgos los usuarios y trabajadores, mientras que siempre los viajes en hora pico es una odisea porque colapsa el servicio. Una vergüenza.
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