El gobernador José Alperovich se refirió en el día de ayer al escándalo que protagonizó su esposa, la senadora Beatriz Rojkés al insultar a un damnificado por las inundaciones. “Se equivocó y pidió disculpas. Creo que los tucumanos saben el compromiso que ella tiene con la gente humilde y lo ha demostrado en todos estos años”, dijo a la prensa.
El gobernador justificó a la primera dama provincial y pidió comprensión. “Hay que entenderla. Y yo la entiendo. Creo que es una persona que siempre se preocupa por los más humildes y los más necesitados. La angustia que tiene ella es tremenda. Creo que no merece el trato que se la ha dado”, acotó.
En sus declaraciones públicas Rojkés afirmó que se trató de un incidente armado por la oposición. El mandatario fue más prudente y declaró que “armado o no, a ella le salió eso, estuvo mal y pidió disculpas. Que más puede pedir”.
Ensayos fallidos
En el ojo de la tormenta, la senadora ensayó un pedido de disculpas admitiendo que tuvo una actitud “primitiva”. Acto seguido, pasó a descalificar a Cristian Bulacio, el hombre que la cuestionó y recibió los calificativos de “pedazo de animal”, “vago de miércoles” por parte de Rojkés.
Rojkés sostuvo que Bulacio fue mandado por la oposición para montar un escándalo, lo que provocó mayores cuestionamientos. Ayer, en una nueva entrevista radial, la senadora ensayó un nuevo pedido de disculpas pero sus declaraciones diplomáticos pasaron a un segundo plano cuando se ofuscó y cortó una comunicación telefónica al ser consultada por las diez mansiones que afirmó tener.
Previamente, la presidenta del PJ tucumano había afirmado que Bulacio no era un lugareño y que “ya va a aparecer, seguramente se me va a acercar a pedirme algo”. En una entrevista a La Izquierda Diario, Bulacio cuenta que trabaja en distintos cultivos por temporadas desde los 12 años, y que vive en El Molino de toda la vida. |