Mauricio Macri visitó Entre Ríos y aprovechó una conferencia ni más ni menos que en la Sociedad Rural de Gualeguaychú para mostrar su rechazo al amparo que frenó el decreto del gobernador Gustavo Bordet, que habilitaba la fumigación con agrotóxicos a una distancia de apenas cien metros de las escuelas.
El presidente, que se jactó de que el Gobierno de Cambiemos es el que más defendió el medioambiente en la historia, llamó “fertilizantes” a pesticidas que ya han dejado una estela de variadas y graves enfermedades como el cáncer y afecciones en vías respiratorias en todas las comunidades donde se implementaron.
“Es un fallo irresponsable”, aseguró Macri, que “pone en riesgo más del 20 % de la capacidad agroindustrial productiva de la provincia”, según los propios ruralistas le indicaron.
Las declaraciones de Macri, un mix entre ignorancia y cálculo electoral en una provincia sojera, no sorprenden: ya a fines del año pasado se conoció que la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal había autorizado fumigar en escuelas rurales, una medida que debió suspender ante el rechazo popular y la protesta de organizaciones ambientalistas, sindicales y vecinales.
El presidente llama “irresponsable” y “absurdo” al amparo que el Foro Ecologista de Paraná y la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer) obtuvieron el mes pasado y que deja sin efecto la medida de Bordet que autorizaba las fumigaciones en cercanías de escuelas rurales entrerrianas.
Lo dijo en la provincia de Fabián Tomasi, quien como trabajador de una empresa de fumigación contrajo polineuropatía tóxica severa, que padeció durante muchos años hasta su muerte en 2018, y cuya lucha se convirtió en emblema contra los agrotóxicos. La provincia donde Antonella González, de 9 años, enfermó de leucemia. Desde el Hospital Garrahan, su madre, Natalia Bazán, refería en 2017: “Hay que parar el cáncer, porque hay gente de muchas partes, pero la mayoría de los chicos vienen de Entre Ríos. La vida de nuestros hijos no puede ser un negocio con el Parque industrial, la gente que fumiga, Botnia o tantas cosas”.
Macri hizo gala de su ignorancia en la materia al señalar que “el Gobierno de Entre Ríos tiene que tener en claro que no tiene que destruir empleo por una ley absurda que no se basa en ningún rigor científico", cuando la propia Organización Mundial de la Salud, a través de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer, califica como “cancerígeno” al glifosato y cuando pesticidas prohibidos en otras partes del mundo se siguen aplicando en Argentina.
Sobre ese punto, también respondieron distintos especialistas como el periodista Patricio Eleisegui y el abogado ambientalista Enrique Viale. "Según UNLP y CONICET, las lluvias de Argentina presentan concentraciones elevadas de herbicidas como el glifosato y la atrazina. La carga máxima cuantificada de agrotóxicos en las precipitaciones locales es 20 veces superior a la registrada en USA, meca de los plaguicidas", escribió Eleisegui en un hilo de tuits.
"Ni un lobbista de Monsanto se animaría a defender fumigar con agroquímicos sobre escuelas rurales", comentó Viale, titular de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas.
"Los niños se veían expuestos a que cuando se estaba dando clases pasaba el avión fumigador y sufrían cefaleas y vómitos, entre otras cosas", sostuvo Aldana Sasia, de la Coordinadora Por Una Vida Sin Agrotóxicos de Entre Ríos, en el programa A los botes, por Futurock. Sasia agregó que altas concentraciones de glifosato fueron halladas en aire, tierra y agua de escuelas rurales.
Los irresponsables dichos de Macri no pasaron desapercibidos y en redes sociales se multiplicó el repudio. En alianza con el peronista Bordet, Macri demuestra que para defender el modelo criminal de agronegocios no hay grieta.
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