Alicia Ostri tiene 68 años. Se mantiene lejos de la exposición mediática. Hace 7 años y 6 meses desaparecieron a su hija Paula, desde entonces, emprendió junto con Alberto Perassi un largo camino en búsqueda de justicia , y sobre todo, una lucha por la aparición de su hija y contra la impunidad. “Me la desaparecieron un 18 de septiembre de 2011”, dijo Alicia al comenzar su declaración, “hasta el día de hoy no sé a dónde está mi hija, lo único que yo quisiera saber es si está viva o está muerta, que me digan la verdad, que no me tengan a las vueltas, quiero saber a donde está Paula”.
Mientras la familia junto a organizaciones solidarias mantienen la vigilia en el Centro de Justicia Penal de Rosario, este viernes le tocó a Alicia relatar cómo fueron las primeras horas sin Paula. Contó que acudió a la casa y se llevó a sus nietos con la esperanza de que ella volviera, pero al día siguiente Paula no fue a buscar a sus hijos a la escuela. “Desde entonces los tengo yo en mi casa”, recordó. También declaró Marianela, hermana de Paula, quien se quebró contando los momentos duros que tuvieron que atravesar con sus sobrinos, “pasamos a ser tres madres, mi mamá, mi hermana y yo, intentando reemplazar a Paula”. El relato hiela la sangre, “no sabemos qué decirles, si está muerta o no, suponemos que está muerta, queremos los huesos por lo menos”, agregó Marianela.
Nadie en la familia sabía del vínculo de Paula con Strumia, hasta entonces un amigo de la familia Perassi; a pocos días de la desaparición fue que sus padres supieron que mantenían una relación;. Alicia contó cómo Gabriel Strumia se acercó al taller de Alberto acongojado por la situación, y diciendo que tenía un policía conocido- Puyol, imputado por encubrimiento- que podía agilizar la búsqueda. Fue Strumia quien entonces llevó la foto de Paula a la policía para iniciar la investigación de su paradero junto a Alberto Perassi y Rodolfo – marido de Paula- , desde ese momento nunca volvió a ver al empresario. “Ya las lágrimas se me terminaron. Son más de 7 años y medio, pero lo llevo adentro”, dijo Alicia, quien en este recorrido también tuvo que soportar que el juez penal de San Lorenzo Eduardo Filocco, desplazado más tarde de la causa, le dijera en la cara que su hija “era una loquita que se había calentado y cuando se le pasara iba a volver”.
Durante la audiencia mostraron un audio donde se oye la voz de una mujer que grita tres veces auxilio, el mensaje quedó registrado en el teléfono fijo de la casa de Strumia mientras estuvo intervenido, pero Alicia aseguró a la justicia de San Lorenzo que esa no era la voz de Paula, sino de Mitchl, la mujer de Strumia. En tanto, con desdén, las defensas de Strummia y Michl se encargaron de entorpecer su declaración, citando testimonios de Alicia en los días iniciales de la causa, buscando contradicciones en su relato.
Entre otros testigos de la novena jornada declaró el periodista Hugo Bruscaglia de la FM 93.5, de Puerto General San Martín, quien le dijo a Alberto Perassi que a su hija la habían incinerado en la empresa IDM de la ciudad de San Lorenzo. El dato llegó al periodista por el testimonio de alguien que obtuvo la información tras oír una conversación en un bar donde Roxana Michl habría dicho que a Paula no la iban a encontrar porque la habían quemado.
También declaró un taxista amenazado por solidarizarse con Alberto Perassi. Rubén Reide contó que a pocos días de verse con Alberto encontró al llegar a su casa un pequeño ataúd hecho en cartón que llevaba sus iniciales y decía “sos el próximo Perassi”. |
