Luego del revuelo causado por el reportaje de la semana, que mostró como Hugo Larossa, humillaba, golpeaba, abusaba y torturaba a los trabajadores de su empresa en Colina, finalmente quedo en prisión preventiva el empresario argentino como medida cautelar dispuesta por el Juzgado de Garantía de Colina.
Larossa, que se encontraba en impunidad desde el 2017, año en que se realizó la denuncia por los abusos cometidos. Inclusive, a pesar de la formalización el dueño de la empresa “Don Hugo” ni siquiera contaba con arraigo nacional, por lo que en cualquier momento podía escapar a su país natal. Otra demostración de una justicia para pobres y otra para ricos, como Larossa, quien a pesar de los hechos denunciados de “la fábrica del terror” no tuvo medidas cautelares hasta que se difundiera su caso en los medios.
El abogado denunciante, Juan Pablo López, celebró la medida: "La prisión preventiva era nuestro principal objetivo, era lo que queríamos y eso se consiguió", además de agregar sobre el futuro del caso: “La pena efectiva suma más de 10 años, no tendría ningún tipo de beneficio, eso es lo que nosotros buscamos".
Tal escándalo causó el conocimiento público de las torturas que cometía el ex policía federal argentino (una institución represiva y vinculada a redes de trata, narcotráfico y con autoría en crímenes de gatillo fácil), que el mismo gobierno de la derecha y los empresarios salió al paso anunciando una querella contra Larossa desde el Ministerio del Interior, como lo anunció en twitter el cuestionado por su responsabilidad política en el asesinato de Catrillanca, el ministro Andrés Chadwick.
Y es que a pesar de que desde La Moneda se ha salido a cuestionar las torturas a las que fueron sometidos trabajadores de la empresa “Don Hugo”, ésta es solo la “punta del iceberg” de hechos de precarización laboral y abuso empresarial cometidos por los aliados al gobierno de Sebastián Piñera. Y es que, no todos los casos generan el revuelo mediático, sin embargo, a diario trabajadores y trabajadoras viven los abusos por parte de la clase empresarial, quien pone sus ganancias por sobre las vidas de sus empleados.
El poner en riesgo las vidas de los trabajadores por precarias condiciones de seguridad, turnos extenuantes, el deterioro de la salud de mineros, ferroviarios e industriales, son parte del día a día de los empresarios, que a pesar de no llegar a la brutalidad por fuera de la ley como la que cometió el aberrante Hugo Larossa, mantienen la misma lógica de ver al trabajador como parte de su propiedad, un número más, algo desechable y reemplazable.
Además, con un gobierno de derecha pro empresarial, que busca pasar ataques a los más precarizados como con la nueva reforma laboral, y que quiere quitar de los mínimos beneficios (como la reducción a la mitad de la indemnización por años de servicio) a la clase trabajadora, que día a día sufre de la explotación y la precariedad con la que los empresarios siguen consiguiendo millonarias ganancias.
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