Entre los puntos más graves del proyecto de reforma del actual Régimen Penal Juvenil están la baja de edad de punibilidad a los 15 años, y establece las prisiones preventivas y las penas sobre niños, niñas y adolescentes.
En medio del brutal ajuste que empobrece a millones de personas y que golpea en especial a la juventud, la respuesta del Estado es más criminalización y encierro.
Entrevistamos a Claudia Cesaroni, abogada, docente y Magister en Criminología. Además es fundadora del Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos (Cepoc) y referente de la red de organizaciones Argentina No Baja, creada en 2017.
El proyecto de Reforma del Régimen Penal Juvenil del oficialismo, tiene entre sus principales puntos la baja de edad de imputabilidad. ¿Qué opinás al respecto?
Nosotros cuando hablamos tanto desde el Cepoc como desde la Red Argentina NO a la baja que formamos en enero de 2017, hablamos de punibilidad y no de imputabilidad. Esto es así porque se está discutiendo a qué edad pueden los adolescentes ser punibles.
Hay documentos internacionales que llaman edad mínima de responsabilidad penal, a la edad mínima que debe tener una persona para aplicarle una pena. Por debajo de esa edad, no es posible aplicarla.
Estamos en contra de la baja de edad que hoy es de 16 años. No hay ningún motivo ni argumento ni ningún por qué. Esta medida impulsada desde el gobierno es regresiva, inconstitucional. En el año 1954 se establecieron los 16 años y sólo durante la última dictadura se la bajó a 14 años.
Esto va en contra de distintos tratados internacionales, en especial de la Convención por los Derechos del Niño. No se explica porque pretenden bajarla a 15 años, incluso en el proyecto del año 2017 querían bajarla a 14, no dicen siquiera el por qué este cambio.
Los argumentos son absolutamente débiles, no lo pueden justificar.¿Dónde
están los números que demuestran que los adolescentes inciden en el índice de delitos?. No hay ninguna evidencia, no se puede decir cualquier cosa.
Lamentablemente hay una pequeña cantidad de adolescentes que están por fuera de cualquier protección, en situación de calle, de riesgo, que ante la desesperación quizás roban un celular y con la venta comen unos días. Nosotros planteamos que esto no se resuelven bajando la edad, si no garantizádoles los derechos a esos pibes y pibas.
El Proyecto también incluye la prisión preventiva que va de un año y prorrogable por un año más. El decreto de la dictadura no establecía las prisiones preventivas, por lo que quedó a criterio de las leyes provinciales si las regulaban o no. Cómo creés que va a impactar esto en el encarcelamiento y encierro de niñxs y adolescentes?
Tan grave como el tema de las prisiones preventivas es que el proyecto establece para los adolescentes de 15 años penas de hasta 15 años.
Pero además, para los de 16 o 17 si bien no dice que hay penas perpetuas, las penas para ellos no tienen tope. Podrían ser condenados a 50 años por ejemplo.
Es un proyecto pésimo, horrible. Todos los regímenes juveniles tienen topes para las penas. Este es peor que el de Videla de 1980 que rige actualmente.
Hoy en día el monto de la pena para los adolescentes debe ser el mismo que para los delitos en grado de tentativa o directamente absolverlos. Debería ser obligatorio para los jueces aplicar las penas de acuerdo al Régimen vigente y a la Convención de Derechos del Niño y deberían aplicar las penas establecidas para la tentativa.
La Argentina fue sancionada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos porque muchos jueces no cumplen esto.
El gobierno y otros sectores políticos han justificado la necesidad de modificación y de baja de edad de punibilidad, con el argumento de que los
adolescentes cometen gran cantidad de delitos. ¿Qué opinás de esto?
La incidencia de los adolescentes en delitos graves es totalmente menor, esto puede verificarse en las propias estadísticas del Estado con el informe de la Procuración General. No tiene ninguna justificación bajar la edad, lo único que se va a lograr con esto es incorporar a una importante franja de niños, niñas y adolescentes que hoy en día están por fuera, al sistema penal.
¿Cómo ves que impactan la crisis y el ajuste en los niñxs y adolescentes?
Además de abogada soy docente en una secundaria de Ezpeleta. Veo todos los días como hay un deterioro permanente en la calidad de vida de los pibes y
pibas y de las políticas públicas.
Los pibes y pibas muchas veces tienen que dejar la escuela, ellos por ir a cartonear para ayudar a juntar algo de plata y ellas por cuidar a los más chicos de la casa. Ambos son víctimas de la degradación que se está viviendo en los barrios ante el aumento de la pobreza.
En las barriadas las condiciones de vida han empeorado, hay gente durmiendo en la calle, gran la cantidad de basura, solo por nombrar algunos ejemplos.
¿Cómo es la situación actual y qué cambios hubo en la situación de los lugares de encierro para los menores de edad?
La situación en los lugares de encierro es terrible. Todo lo que manda el gobierno al Congreso es con un criterio punitivo, todo lo que tiene que ver con mejorar la calidad de vida de la gente queda afuera y nos imponen discutir estas
cosas.
Qué opinás del Proyecto del gobierno y por qué creés que impulsa esta
reforma?
La idea de que el castigo y más penas resuelven todo es algo muy extendido en la sociedad y todos los sectores políticos. El nuevo Régimen Penal Juvenil es una perversidad. Es una perversión ocuparse de los adolescentes sólo para
encarcelarlos y encerrarlos.
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