El futuro nombramiento del nuevo Secretario General del Senado ha marcado una polémica en la política Chilena, y no solo por el nombre de quién ocupará posiblemente el puesto, sino que también al conocerse el millonario sueldo que recibirá al momento de asumir este cargo.
La propuesta de la Comisión de Régimen Interno de que Raúl Guzmán, fiscal Metropolitano Sur, no solo se ha cuestionado por los vínculos del abogado con el Ministerio Público, en donde su compañero regional Manuel Guerra, es quien lleva adelante la investigación por fraude al fisco respecto a las asesorías externas del Senado, o por las denuncias de trabajadores de la fiscalía, quienes acusan a Guzmán de discriminación en el ámbito laboral, sino también por su futuro sueldo, que lo convertirá en el funcionario mejor pagado dentro del edificio parlamentario.
Aproximadamente unos 14 millones de pesos será los que recibirá el nuevo Secretario General, uno de los 17 funcionarios que reciben más sueldo que los mismos parlamentarios, quienes cuentan con una dieta ya millonaria de aproximadamente 9 millones 350 mil pesos. Secretario General, Prosecretario, Tesorero y los Abogados Jefes de Comisiones son finalmente los que reciben sueldos que superan con creces 30 sueldos mínimos, una gigantesca diferencia a lo que gana el pueblo trabajador.
Las palabras del Presidente del Senado Jaime Quintana (PPD) al respecto fueron: “Gana más que un senador, que un diputado, que un Presidente de la República” además de mencionar los intentos para reducir el sueldo de este funcionario público. Pero a lo que Quintana no hace referencia, es al millonario sueldo que recibe él junto al resto de parlamentarios, igual de privilegiado como el del futuro funcionario más importante del Senado.
El proyecto presentado en los inicios del Frente Amplio de Reducción de la Dieta Parlamentaria, sigue cumpliendo años “en la cocina” del congreso, y a pesar de haberse votado a favor la petición para darle urgencia a mediados del 2018, aún no tiene avances demostrando lo estéril de la estrategia parlamentaria al intentar conciliar y acordar con una casta política burguesa que no pretende reducir sus privilegios.
Además, la sola reducción a la mitad de la dieta parlamentaria sigue manteniendo el sueldo millonario de diputados y senadores, por lo que el proyecto termina siendo insuficiente, y los sigue manteniendo alejados de la realidad del país, del sueldo que obtiene mes a mes un trabajador o trabajadora.
Ante esta casta ajena a las necesidades del pueblo hay que contraponer que todo parlamentario gane lo mismo que un trabajador calificado, propuesta que, desde el Partido de Trabajadores Revolucionarios, candidatos como Dauno Tótoro impulsaron al levantar candidaturas anticapitalistas en Santiago y Antofagasta.
Pero, a todas luces, con la polémica del puesto de Secretario General del Senado no se debería limitar a la casta parlamentaria sino que a todo funcionario público que mantiene un sueldo privilegiado y millonario, mientras la mayoría del pueblo tiene que “hacer malabares” para llegar a fin de mes.
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