Acompañado del primer ministro Edouard Philippe, de la alcalde de París Anne Hidalgo (Partido Socialista) y del arzobispo de la ciudad, Michel Aupetit, Macron quiso tener una “palabra de esperanza” a pesar del “terrible drama”. “Es nuestra historia, nuestra literatura, nuestro imaginario, el lugar donde vivimos todos nuestros grandes momentos, donde vivimos epidemias, guerras, liberaciones”.
En su acostumbrado tono marcial, afirmó que el gobierno tiene por objetivo reconstruir la catedral en su totalidad. ¿Pero con qué recursos? Evidentemente, se anunció una “colecta” nacional e internacional para que ni el Vaticano ni el Estado francés tengan que hacerse cargo de los costos.
"Reconstruiremos, reconstruiremos Notre Dame porque los franceses están esperando, porque eso es lo que nuestra historia merece, porque es nuestro profundo destino".
Macron tuvo que cancelar su discurso oficial, cierre del “gran debate”, en el que tenía previsto proponer una "salida" a la crisis de los chalecos amarillos (en el marco de una verdadera militarización de la ciudad de París para impedir las movilizaciones). Se trasladó directamente desde la casa presidencial para ir a la escena del incendio y asistir a la intervención de los bomberos. Más de 500 efectivos fueron movilizados para tratar de salvar la estructura de la catedral así como las diferentes obras de arte presentes en el edificio.
Según informaron los bomberos, la fachada y las dos torres principales no se derrumbaron a pesar de la destrucción de una parte de su techo, de su aguja y de otros sectores históricos.
En un tono “conmovido”, el previsible discurso de Macron quiso girar alrededor de la Unión Nacional de todos los franceses, los parisinos, y evidentemente los católicos de Francia y del mundo, en “homenaje a nuestra historia nacional”.
Una reconstrucción “larga y difícil” según las fuentes eclesiásticas, que Macron quiere ver como una oportunidad para reafirmar el apoyo de los católicos a su gobierno en plena crisis política nacional.
Con un profundo cinismo, el presidente intentará usar el trágico siniestro para reafirmar su figura presidencial alrededor del discurso oficial de la “histórica Francia católica”.
|