La derecha y el gobierno de Piñera han fijado en su mira a la juventud, mientras continúan con la política represiva de parte del Estado contra el pueblo Mapuche, los inmigrantes y la diversidad sexual, y algunos sectores más conservadores y "pro vida" con un discurso de odio también contra las mujeres, llamándonos asesinas por estar a favor del aborto legal, libre, seguro y gratuito. Tratan de prevenir la respuesta de miles como lo vimos este 8M, a través de la Agenda de Seguridad, que consiste en aumentar efectivos de Fuerzas Especiales, bajar la edad para el control preventivo a menores de edad (14 años), instalar chips en las mochilas de estudiantes, entre otras. A esto, se le suma el ya aprobado proyecto de Aula Segura, donde ya demostró en Concepción las capacidades de expulsar a estudiantes que se movilizan y buscan organizarse.
Los organismos directivos en espacios estudiantiles se aprovechan de estas políticas para instalar medidas represivas, viéndose reflejado en liceos como el Eduardo de la Barra, durante el año 2018, en el marco de la campaña internacional por el aborto legal, libre, seguro y gratuito.
Organizaciones que han demostrado ante los ataques del gobierno tener una disposición estéril para enfrentarles, apoyaron la censura política, facilitando el envalentonamiento de la dirección del Liceo para no permitir que les estudiantes se organizaran políticamente en sus espacios de estudio. Misma política que busca el gobierno con su agenda represiva que actualmente, con proyectos reaccionarios como lo son aula segura y el control preventivo de identidad a menores de edad, busca criminalizar a la juventud e impedir que esta se organice.
Enfrentamos las reformas estructurales y la agenda represiva a través de un gran movimiento estudiantil, de mujeres y en conjunto con la clase trabajadora para derrotar estas reformas.
Para enfrentar esta agenda represiva no podemos tener una oposición tibia, como la política de diversos sectores del Frente Amplio, quienes proponen un cambio en el protocolo de carabineros para prevenir "excesos", siendo insuficiente frente a la brutal represión que se dispone a ejercer el gobierno con el fin de pasar sus reformas.
Les estudiantes y el movimiento de mujeres han demostrado que pueden ponerse a la cabeza de la oposición a este gobierno y sus reformas. El 2018 contra el asesinato a Camilo Catrillanca, contra Von Appen en el paro portuario y este 2019 con miles de estudiantes y mujeres trabajadoras en las calles el 8M.
Es la alianza de la juventud y la clase trabajadora la que puede derrotar la agenda represiva del gobierno de Piñera, y para ello es necesario organizarse y pensar cómo enfrentaremos estas políticas.
En ese sentido, hoy se hace más necesario que nunca la politización de nuestros espacios de estudio y romper con la tibieza de las direcciones que no empujan a que el movimiento estudiantil se organice y luche en contra de los ataques del gobierno hacia la juventud, mujeres y el conjunto de la clase obrera.
Es necesario que la Cones y los centros de estudiantes, salgan de su pasividad generada por la estrategia de la JJCC y el FA, que prefieren el lobby parlamentario en vez de confiar en la fuerza de la movilización a través de un plan de lucha sin movilizaciones por hito que solo sirven para presionar sus diálogos en el parlamento.
Creemos que con la unión de estudiantes, mujeres y trabajadores en las calles podemos dar vuelta todo. La derecha y sus ataques no pasarán si no se lo permitimos, si nos informamos y nos organizamos ejerciendo nuestro derecho a organizarnos, el mismo que dirección nos quiere limitar. |