Hace cuatro años María Eugenia Vidal daba el batacazo obteniendo la gobernación de la PBA. Durante todos estos años se mantuvo como una de las figuras políticas con mejor imagen pública, pero hoy se encuentra ante una elección muy complicada y al borde de una posible derrota.
Macri lo hizo. Con el descarte del desdoblamiento electoral la gobernadora decidió atar su suerte a un Macri con su imagen en caída libre, lo que se expresa crudamente en el Conurbano. No podría ser de otra forma; en el poblado GBA se vive una situación insoportable: la pobreza llega al 36 % (mientras la media del país ronda el 32 %) y la inflación supera el 4,7 % nacional. Millones de personas arruinadas por la recesión.
Los datos muestran que Vidal por sí misma mantiene un apoyo del 34 %, pero que cuando se asocia su candidatura a la de Macri cae a un 30%. Por su parte Axel Kicillof mantendría un apoyo del 39 %, ya sea solo como junto a la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner.
Ayer y hoy (Pasaron cosas)
En 2015 Vidal dio la sorpresa al derrotar a Aníbal Fernández, y se consagró como la primera gobernadora no peronista luego de más de 35 años. Aquel triunfo se basó en una importante diferencia obtenida en el interior bonaerense y un muy buen resultado en el Conurbano, ganando en la Primera Sección electoral y perdiendo por poco en la estratégica Tercera Sección. En ambas obtuvo a favor un corte de boleta que le permitió superar al propio Macri en ambas secciones electorales. En aquel momento el corte estuvo en torno al 6 %, pero hoy necesitaría uno muy superior para sobrevivir al contrapeso de Macri.
Hoy la situación de Vidal dista mucho de aquel glorioso 2015 y está mucho más lejos aún de las elecciones legislativas del 2017, cuando Cambiemos subió 500 mil votos en relación a las anteriores.
Hoy la Tercera Sección electoral no solo sigue siendo impenetrable para Cambiemos, sino que es el gran centro del voto a Cristina Kirchner; incluso Macri retrocede en intención de voto en los pocos municipios que gobierna Cambiemos.
El interior bonaerense, incluida la zona núcleo (como ocurrió en las recientes elecciones de Entre Ríos) parece que ya no es la mina de oro de Cambiemos. Según un columnista de Clarín, la gobernadora recibe números alarmantes y por ahora solo tendría asegurado el triunfo en Pergamino.
En este posible marco, la Primera Sección electoral tendría que jugar el papel de la pluma que incline la balanza a favor del oficialismo; para ello sería necesario volver a los resultados del 2015, lo que en principio parecería muy difícil. Por eso no es casualidad que Marcos Peña bajara la orden de realizar su “guerra vietnamita” ante los “sin tierra” (referentes de Cambiemos en distritos gobernados por el peronismo) de la zona norte del GBA. La “guerra vietnamita” tendría pertrechos de alta calidad tecnológica como una super app con geolocalización para seguir al elector que piensa abandonar al oficialismo. Por supuesto que entre la mesa de arena de Marcos Peña y Duran Barba y la dura realidad hay un abismo, y eso es lo que dicen con bronca los propios candidatos oficialistas. La moral del ejército cambiemita no parece ser la mejor ante la dura realidad que tiene que enfrentar. El propio video de Macri fue más que elocuente.
Ante esta catastrófica perspectiva electoral que se le avecina a Macri y a la propia Vidal, intentan responder con el paquete de medidas anunciadas, sin mucha convicción, el martes pasado.
La propia Vidal quiere esperar unos días y ver la marcha de las medidas nacionales antes de anunciar las suyas.
Entre ellas figurarían el congelamiento de los aumentos de tarifas que estaban programados para el curso del año (menos los peajes), volverían los descuentos de los miércoles en los supermercados con la tarjeta Bapro y habría alguna concesión a los deudores hipotecarios.
De conjunto no son más que parches que no resolverán la crisis y que solo tienen un objetivo electoral, pero cuyo resultado incluso está por verse ante la magnitud de la crisis que se vive.
Por su parte los empresarios no solo no vieron -ni de lejos- afectadas sus ganancias, sino que se siguen beneficiando con las remarcaciones y sobreprecios que antecedieron a los anuncios. El propio dueño de Maxiconsumo declaró que en la comida hay más sobreprecios que en la obra pública. Como se escucha en la calle, los precios nunca bajan.
Kirchnerismo, Baradel y el sueño de la colectora con Massa
En medio de su agobiante situación, Vidal recibió un único regalo, pero muy bueno para ella. El bondadoso fue Roberto Baradel, dirigente del sindicato docente Suteba, quien le otorgó el cierre del conflicto que inicia una paz social con el gobierno provincial, a pesar del masivo rechazo que se vive en las escuelas.
Por otra parte, muy lejos de la realidad que agobia a millones, el kirchnerismo y el PJ bonaerense están enfrascados en revivir la colectora con Massa que fue bombardeada por el decreto de Macri. Como ya sucedió en otras provincias donde cerraron alianzas con sectores antiabortistas, sojeros y derechistas de distinto tipo, en la PBA también añoran un acuerdo con “Ventajita” Massa. El propio presidente del PJ bonaerense busca impulsar una campaña internacional contra el decreto de Macri.
Axel Kicillof comienza a afirmarse como el candidato a gobernador -quizás acompañado por la matancera Verónica Magario- mientras al parecer Martín Insaurralde se bajaría a cambio de lugares expectantes en las listas provinciales. El kirchnerismo se relame con la crisis de Cambiemos, pero no va más allá de ser un mal menor. Su propuesta de renegociación de la deuda va a ser a costa de mayores exigencias del FMI y mayor ajuste.
La salida es por izquierda y hay que fortalecer el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT)
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