“Miren, no vuelvan al faraón. No crean que el pasado fue mejor, porque el pasado es la esclavitud y la mentira”. Cuando una escucha esto no sabe si es Moisés hablándole a pueblo prometido o Carrió hablándole a la Argentina. Spoiler alert: es Carrió.
Con este slogan del Antiguo Testamento, la señora hizo un spot que apoya sin fisuras a Mauricio Macri. Dato: el primer lugar donde salió publicado fue Clarín. Lo habrán subido los pasantes que quedaron luego de que el gran diario despidiera a 65 periodistas…
Dice Carrió: “Nosotros construimos entre todos un milagro que es salir de un gobierno autoritario que iba a ser Venezuela”. El “milagro” consiste en un 32% de pobreza (13 millones de personas) y una deuda impagable con el FMI que solo promete incrementar el hambre y la crisis económica. Si esto sigue así ¿no será que “vamos a ser Venezuela”?
O ponele que Venezuela no. Pero capas que somos como Grecia: los planes del FMI y la troika, que Siriza aplicó a rajatabla en el país heleno, significaron 14 recortes en las jubilaciones, una desocupación del 25% y 3 millones de griegos que se fueron del país producto de la crisis. Una emigración que no tiene mucho que envidiarle a la venezolana.
Carrió misma admite este horizonte de crisis en su spot: “Yo estoy segura de que en octubre vamos a estar mejor, no del todo bien, porque cuando se robó por dos generaciones falta una generación para reconstruir la Nación. Pero lo estamos haciendo”.
¿O sea que la señora hizo un spot para prometer una generación más de estar “no del todo bien”? ¿O sea, una generación más de crisis económica? Y sí, ¿qué otra cosa puede prometer de la mano del FMI, una persona que incluso se ríe del hambre de muchos en su cuenta de Twitter?
El objetivo del spot es utilizar el “capital político” de Carrió como “luchadora contra la corrupción” para tirarle un salvavidas a Macri. El tema es que el salvavidas puede ser de plomo. La señora terminó en el centro del caso D’ Alessio. Sí, sí, el falso abogado. Con ese título ya sabés que la historia va mal. Resulta que la falsa luchadora contra la corrupción habría estado (Clarín dixit) asociada al falso abogado. Y todo el “capital político” anticorrupción se construyó en base a la mugre que levantan o inventan los servicios de inteligencia. Hablemos de mafias…
Hay que reconocerle a Carrió que al menos tiene cara. Y algún couch que le dice que frunza los ojos, para aparentar que ella también sufre. Así, la mujer dice:
“Ustedes saben que yo no tengo ningún interés personal, ninguno” [cuéntame más] “Pero voy a estar con ustedes toda la vida” [por Dios, ¿toda?] “en la lucha contra la corrupción” [ajá] “para que no nos roben más” [buenoooo…], “para que tengamos una República” [gobernada por el FMI], “para que tengamos prosperidad” [promoción válida solo en Nordelta] y para que tengamos paz” [la de los cementerios].
Yo diría que acá tiene que sonar una batucada para que Carrió diga sus palabras finales: “Así que aunque no nos gusten muchas cosas tenemos que hacer la fuerza necesaria para parir una gran Nación”
No, no, eso sí que no. Mire señora, acá estamos a favor de la maternidad voluntaria y la verdad es que andamos sin ganas de parir naciones con 13 millones de pobres y aumentando.
Eso sí, a no dejar que el espanto de Carrió nos confunda. Puede ser que Macri se vayan en octubre. Pero el FMI se queda. Todos los posibles candidatos del peronismo, incluida aquella que despierta más expectativas, CFK, se comprometieron a continuar bajo la autoridad del fondo. Y mientras eso suceda, el horizonte de una crisis como la griega puede estar más cerca de lo que pensamos.
Como se dice en una nota reciente de La Izquierda Diario: "Solo se puede evitar que la crisis golpee más fuerte sobre las grandes mayorías rompiendo con el FMI y dejando de pagar la deuda. Una deuda que dio un gran salto en la última dictadura, y que es ilegal, ilegítima y fraudulenta. Que esos recursos millonarios vayan para trabajo, salud y educación, no para los especuladores que saquean el país."
Esto es lo que propone el Frente de Izquierda, junto con una serie de medidas de emergencia que eviten que dejar de pagar la deuda implique las consecuencias devastadoras de un default.
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