Si en las Tesis de Feuerbach (1845) Marx postulaba “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. Criticando la disociación teórico práctica que se había desarrollado históricamente en la filosofía. El debate ocurrido el pasado viernes 19 de abril - Zizek y Peterson – de manera imperiosa debe llevarnos a reflexionar algunos puntos que retoman este conflicto y lo actualizan.
Sujetar la crítica marxista - hecha a los filósofos- se vuelve una necesidad ahora, en cuánto crítica a las nuevas instituciones en donde habita el conocimiento de y para la sociedad humana y que Marx – por la limitante histórica - no logró conocer.
Si Marx y su discurso quiebran el pensamiento tradicional del filósofo contemplativo como intérprete de la lo real. Entregando un tótem para el socialismo, delimitando un método. Dotando un fin y esbozando un programa que se nutre progresivamente con los aportes de revolucionarios de fines del siglo XIX y principios del XX como Lenin, Luxemburgo, Trotsky y Gramsci basados en experiencias políticas claves como las revoluciones e intentos de gobiernos obreros de la primera mitad del siglo XX, a través del movimiento en flujo y reflujos de la clase obrera, cabe la pregunta ¿Qué significado tiene este debate sobre la base propuesta por Marx hace ya años?
Peterson y Zizek
Peterson se ha hecho famoso en las redes sociales y cuenta con miles seguidores en Twitter y su canal de YouTube sobre la base teórica más conocida en su nombre: “Maps of Meaning: Architecture of Beliefs” (Mapa de los significados: arquitectura de las creencias 1999), ahí trabaja ideas sobre el bien y el mal, sobre los valores y la tradición. Sobre la jerarquía en cuanto función social de cohesión a través de la introducción de significados en los individuos tales que permitan recorrer la vida - personal - con fines de realización más allá de la felicidad: “La jerarquía de dominio no es el capitalismo. No es el comunismo, tampoco. No es el complejo militar-industrial. No es el patriarcado, ese artefacto cultural desechable, maleable, arbitrario. Ni siquiera es una creación humana, no en el sentido más profundo. Es en cambio un aspecto casi eterno del medioambiente. […] Hemos luchado por una posición desde antes de tener piel, o manos, o pulmones, o huesos. Poco hay más natural que la cultura. Las jerarquías de dominio son más antiguas que los árboles”.
Durante el debate expuso una jerarquía despolitizada, externa a lo humano pero humana. Que organiza y estructura y que refiere - son los pilares que se han ido perdiendo por los movimientos posmodernos en donde incluye al marxismo, el neomarxismo, el feminismo y los movimientos lgtb. Para tales postulados, Peterson se vale de las ciencias “duras” como la biología, neurobiología, la sociología y la psicología para fundamentarse y termina “son necesarios los sentidos en las cosas de lo contrario deviene el horror”
Zizek tiene múltiples escritos que retoman el psicoanálisis y la interpretación en el que hacer social político. Cruza la ideología y los sujetos de la enunciación en los cuales operaría el poder y su relaciones. Destaca el ocultamiento que hace la ideología sobre los sujetos que la enuncian, vuelve al fantasma lacaniano para exponer el ocultamiento que se haría en todo movimiento político. Destaca lo importante de los antagonismo pero en los fetiches clásicos. Al igual que Peterson, sin embargo, fue vago en sus postulados. Intelectualista.
En un punto del debate sin embargo se anudaron puntos comunes. Zizek refiere: “Al parecer nos estamos desplazando a un Apocalipsis” ante lo cual el Canadiense asiente. Radicalismo nihilista. Un pesimismo productivo estéril.
Vuelvo al título de este artículo, preguntando sobre la relevancia del debate. Sobre su alcance y la difusión. Sobre el espectáculo de un teórico que anima la identificación social y en redes con la política de ultra-derecha como lo ha sido Peterson negando los derechos y demandas del movimiento de mujeres. Deslegitimando las luchas de la disidencia sexual. Apostando a un orden. Invisibilizando el rol hegemónioco del patriarcado y restando casi completamente la importancia a las condiciones económicas y materiales.
Trato de volver a Zizek también, teórico de una izquierda Twittera, que se afirma en una negación. Que desarrolla una postura radical de potenciar los antagonismos pero sin delimitar claramente el elemento de clase y una salida conjunta organizativa y con una estrategia clara.
¿Qué revela el debate?
Un punto es la polarización progresiva desde la crisis capitalista en el 2008. Una polarización que atraviesa los movimientos sociales radicales de derecha y las masivas manifestaciones obreras en sus diferente formas por izquierda. Polarización que ahora es espectáculo académico pero que como se ha criticado en varios diarios - como The Guardian - no contacta con los problemas reales de la economía y la sociedad actual.
Sorprende por ejemplo que ninguno de los expositores haya discutido sobre el surgimiento de China como potencia económica actual y el reordenamiento que este está produciendo a nivel internacional en las diferente relaciones y acuerdos económicos (por ejemplo Chile y el TTP-11).
Polarización intelectual pero sin debate estratégico con la política de los movimientos vivos. Un Peterson que se refugia en autoayuda y en la crítica estática pero sin choque al dinamismo productivo del movimiento de mujeres - por ejemplo - que en estos últimos tres años ha expandido el discurso, el debate y su análisis.
Si desde el trotskismo decimos que “la proletarización de las mujeres ha cambiado la fisionomía de la clase obrera y con ella cambiado sus movimientos y la política que se debe pensar y hacer”, Peterson solo ve con conservadurismo un insulto a una tradición y valores estériles y sin sentido.
En otro plano Zizek - impotente al igual que Peterson - busca en la ideas llevadas al extremo salidas a la situación actual. Estructurando debates - intelectuales - sin precipitación en lo real. Si bien mantiene la idea de los antagonismos de clase y no desconoce - como Peterson - los factores económicos determinantes en las relaciones sociales, desarrolla una salida catastrofista no organizativa para los movimientos sociales y obreros.
El “debate del siglo” como se había vendido en redes sociales no mostró más que dos narrativas con un mismo origen. Narrativas cruzadas por la impotencia y el pesimismo de finales del siglo XX que se actualiza en medios masivos de comunicación y se potencia con las redes sociales. La crítica Marxista se actualiza. Se interpreta el mundo pero no se transforma. Hoy observamos debates, el espectáculo multimedia que vende y produce ideas pero no entrega un avance ni lineamientos para los trabajadores. Ni marxismo actualizado ni capitalismo podría ser la síntesis tibia del debate de dos académicos que - caducados - están quedando fuera de la escena actual de los movimientos masivos de los trabajadores que avanzar más rápido que los seminarios universitarios. |