Pese a que sobrevivientes exigen que se expropie para hacer un sitio de la memoria, el Poder Judicial le dio las llaves a Rafael Levy, quien ya pintó las paredes y se llevó pertenencias de víctimas.
A fines de marzo, más de doscientos sobrevivientes y familiares de víctimas del incendio en República de Cromañón presentaron un proyecto de ley que exige al Gobierno porteño la expropiación del predio, en Bartolomé Mitre 3060, donde se sucedió el incendio que cobró la vida de 194 personas en diciembre de 2004.
Este viernes, emitieron un comunicado ante la constatación de algo que sabían que podía suceder. Al lugar donde ocurrió el incendio, llegaron volquetes con materiales de construcción, luego de que la Justicia entregara las llaves a la off shore del Rafael Levy, empresario penalmente responsable por la Masacre.
El objetivo que persiguen con la expropiación es "resguardar los elementos testimoniales que hacen a su valor histórico-cultural y configuran la memoria colectiva de la ciudad". Para esto solicitan al Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta que conceda las partidas presupuestarias para la restauración del lugar y su posterior mantenimiento. La iniciativa fue ampliamente apoyada y contó con el respaldo de Myriam Bregman, Gabriel Solano y Laura Marrone del Frente de Izquierda.
A continuación reproducimos el comunicado emitido por sobrevivientes de Cromañón, que exigen la preservación del sitio para la memoria y la pelea por justicia, para que nadie más haga negocios a costa de la vida de pibes y pibas:
“Ayer fue un día muy triste para todxs, pudimos confirmar uno de nuestros grandes temores. Aunque sabíamos que era una posibilidad, siempre la creímos lejana.
Como venimos denunciando, a fines del año pasado nos enteramos por los medios de comunicación que el Toc 24, sin comunicar a las querellas, entregó las llaves de Cromañón a la off shore de Rafael Levy, quien fuera penalmente responsable por la Masacre.
Ayer, luego de saber que al boliche llegaban volquetes con material de construcción, confirmamos que efectivamente se están realizando obras y que dentro de Cromañón ya no se encuentran las pertenencias de las y los pibes y sobrevivientes: desaparecieron cosas de un valor incalculable.
Pintaron las paredes tapando las huellas de nuestras manos, que eran el relato vivo del horror que tuvimos que atravesar esa noche. Este es un golpe muy fuerte para nosotrxs.
Para la sociedad y las generaciones venideras representa la imposibilidad de acceder al relato material de lo que sucedió el 30 de diciembre de 2004, hace casi 15 años. Les niega el derecho a la memoria y a comprender por qué es necesario que no se repita.
Tenemos el derecho a decidir cómo contarlo, a recuperar nuestras pertenencias y elegir en qué tiempo hacerlo. La trascendencia histórica de lo sucedido en la Ciudad de Buenos Aires, debe ser respetada y visibilizada.
Seguiremos exigiendo la expropiación de Cromañón y la construcción de un Espacio de Memoria para lxs pibxs. Hoy, más que nunca, reafirmamos nuestras convicciones.