“Hace unos días hablé con Axel y en la cabeza de nadie se cruza la idea del default. Cristina pagó absolutamente toda la deuda, hasta la del Club de París, que era controvertida".
Alberto Fernández no se guarda nada. A la hora de garantizar la confianza de los grandes especuladores financieros, el ex jefe de Gabinete y actual operador político reitera la voluntad pagadora del kirchnerismo.
"Los fondos de inversión no tienen ideología. Van a donde les va bien (…) Con Macri pierden plata. El Gobierno que sacó a la Argentina del default fuimos nosotros”, enfatiza. El ex funcionario intenta dejar claro el mensaje: las ganancias capitalistas están seguras en una futura gestión del kirchnerismo. Poco importa que las mismas sean el resultado de una especulación financiera que, en sus movimientos anárquicos, hunde a millones en la pobreza.
Como si fuera un virus de contagio inmediato, el pánico se propagó entre las filas kirchneristas en las últimas jornadas. Ex funcionarios, economistas y eventuales candidatos salieron a declamar a viva voz su compromiso con el gran capital financiero internacional. Los discursos contra los fondos buitre se guardaron en un cajón hermético y abundaron las promesas de pago y de respeto a lo acordado entre Macri y el FMI.
Desde hace ya tiempo, en el kirchnerismo buscan mostrarse como una opción de gobierno para el gran empresariado. A cada momento se hace lo posible por alejar cualquier sospecha “populista”. Las declaraciones de las últimas horas fueron una respuesta apresurada al argumento macrista de que dólar y riesgo país escalaban ante la posibilidad de una derrota electoral de Cambiemos.
Emanuel Álvarez Agis, ex viceministro de Economía, fue otro de los voceros en estas jornadas. Entrevistado por Roberto Navarro, el economista fundamentó los pagos a los acreedores señalando que “esta deuda fue tomada de manera democrática. Cada dólar que emitió Caputo lo aprobó el Congreso de la Nación en el Presupuesto del año 2016, 2017 y 2018”.
La idea es discutible por donde se la mire. El último Presupuesto se votó en un Congreso militarizado. En las calles miles de manifestantes reclamaban contra lo que consideraban leyes de ajuste. Sufrían, también, represión. Dentro del recinto, el kirchnerismo condenaba el accionar del gobierno y votaba en contra de la norma presentada. Sin embargo, ahora los pagos a los grandes especuladores se justifican en base a aquello que se rechazaba hasta ayer nomás. Doble discurso suelen decirle.
Pero Álvarez Agis va todavía más lejos y presenta el no pago de la deuda como una catástrofe. “Si no pagamos la deuda, los problemas que tenemos se van a multiplicar por diez (...) si nosotros dejamos de pagar la deuda la economía se derrumba y con eso se derrumba el consumo de los argentinos y las condiciones de vida”.
“Es esto o el caos”, parece decir el ex funcionario kirchnerista. Se trata del mismo argumento que se ha utilizado históricamente para justificar todas las políticas de ajuste contra el pueblo trabajador. Por estas horas, son las condiciones de vida de millones de personas, las que se derrumban para garantizar los pagos a los grandes especuladores internacionales.
Otro que no se privó de dar su opinión fue Daniel Scioli. El actual diputado nacional también mostró la vocación pagadora que anida en el espacio que solía presentarse como “nacional y popular”. Ante una consulta periodística, el ex gobernador dijo que “los compromisos hay que reprogramarlos y, fundamentalmente, cambiar el programa económico”.
Para Scioli la deuda no se toca. Poco importa que eso empuje al hundimiento de las condiciones de vida del pueblo trabajador. Lo único que hay que hacer es acordar un nuevo plan de pagos.
Insistiendo con aquello que plantea un sector del kirchnerismo, el ex gobernador vuelve a postular a Portugal como “modelo” de crecimiento sin ruptura con el FMI. Sin embargo, como ya se ha ilustrado en este medio, en aquel país el crecimiento económico solo fue posible tras un gigantesca caída de la economía y un ajuste sobre el conjunto de la población trabajadora.
Economistas, candidatos y voceros mediáticos ratifican lo que el FMI y los grandes especuladores internacionales quieren escuchar: bajo el kirchnerismo la deuda externa será pagada hasta el último centavo. Lo único en discusión serán los plazos.
Sin embargo las condiciones de la economía que hicieron posible la salida del default en 2003-2005 ya no existen. Las propuestas de renegociación del acuerdo con el FMI no tienen, ni por asomo, el mismo marco nacional e internacional. El espejo de la Argentina es Grecia, un país que aún transita el infierno como resultado de la continuidad de todas las políticas ajuste pactadas con el FMI, el BCE y la Comunidad Europea.
No hay salida indolora para las grandes mayorías populares dentro del acuerdo con el FMI. Solo rompiendo esa tutela y rechazando el pago de la deuda externa se puede evitar un horizonte de mayor desocupación y miseria. Pero en el kirchnerismo, a esta perspectiva, te la debo... |