Esta instancia es parte de un ciclo de talleres que impulsa la agrupación de mujeres y diversidad sexual Pan y Rosas, Teresa Flores para abordar problemáticas como la explotación, la opresión, el machismo, y de qué forma combatirlos, buscando vías para la emancipación del conjunto de explotados y oprimidos. Desde La Izquierda Diario conversamos con las expositoras y asistentes.
Rafaella Ruilova, historiadora y parte de la agrupación nos comenta que “ante los ataques de la derecha y el imperialismo en la región se hace de vital importancia debatir sobre qué tipo de movimiento de mujeres necesitamos forjar para hacerle frente a estas políticas misóginas y antiobreras. Y es que la potencialidad de la fuerza desplegada el 8 de marzo, donde fuimos el segundo país en el mundo con más gente en las calles, nos hace cuestionar qué rol podemos cumplir las mujeres, y es justamente esa invitación la que queremos hacer desde Pan y Rosas, a levantar un movimiento de mujeres que le haga frente al imperialismo y la derecha”.
En la primera sesión denominada “Pioneras: cruce entre género y clase” se desarrollaron debates a partir de la experiencia histórica como la Comuna de París, la contradicción entre burguesía y proletariado y el surgimiento de las primeras corrientes de socialismo utópico, cabe destacar en ella a una mujer “pionera”, Flora Tristán.
Una de las expositoras, la operadora postal de Correos de Chile y delegada sindical de la estatal, Beatriz Bravo, nos cuenta que “Flora Tristán es la primera en establecer la relación entre género y clase, y hacer de esta una relación con las mujeres y trabajadores extranjeros, pone sobre la mesa la necesidad de que la clase trabajadora se considere como única e universal. Una pelea que sigue patente hoy en día, y que tomamos como feministas socialistas, es que nuestras demandas como trabajadoras sean banderas de lucha que hagan suyas el conjunto de la clase obrera, una pelea que va en contra del rol de los dirigentes sindicales de los partidos de la ex nueva mayoría, que separan nuestras demandas. Para acabar con la opresión, hay que dar una lucha por acabar con el capitalismo de conjunto”.
Buscando retomar un legado del feminismo socialista y obrero, también se habló de la tradición surgida en Chile a inicio del siglo XX, como por ejemplo los periódicos de mujeres trabajadoras organizadas: La Alborada y La Palanca. En este sentido, la importancia de recuperar un proyecto distinto de sociedad de las y los trabajadores que expresaba la declaración de principios de la primera Federación Obrera de Chile (FOCH), mostrando otro tipo de sindicalismo.
Se hizo hincapié en la necesidad de hermanar nuestra lucha como trabajadoras y trabajadores, más allá de las fronteras nacionales, y proponernos no sólo avanzar sobre nuestros derechos más elementales como mujeres, como aborto legal, libre, seguro y gratuito; salas cunas gratuitas y universales -que muestra su vigencia ante el dictamen de la dirección del trabajo que busca atacar los derechos maternales más básicos, mostrando la verdadera “agenda de género” de la derecha-, a igual trabajo igual salario, o el contar con permisos garantizados; sino también a dar vuelta todo, luchando por la verdadera emancipación de la opresión y explotación. " Este es el desafío que asumimos desde Pan y Rosas, poner en pie una fuerza social y política que se disponga a avanzar más allá de lo que nos han dicho que es posible, para efectivamente, conquistar un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres" sentencian. |