Liz, trabajadora de planta Nestlé Santiago
Entonces ¿qué nivel de reflexión debemos hacer?, o, ¿en dónde está el “meollo” del asunto digamos?, ¿quiénes son los principales afectados cada vez que se produce una catástrofe?.
Somos la clase trabajadora y los pobres quienes sufrimos en carne propia toda clase de tragedias, pérdidas de todo tipo, golpes económicos y morales que nos hacen sacar fuerza de esa que solamente nosotros tenemos, para volver a levantarnos y salir adelante. En estas situaciones el gobierno de turno, las autoridades locales, las instituciones de todo tipo y los empresarios lucen sus buenas intenciones, su gran corazón, su compromiso con los pobres y débiles. Aún confían en que vamos a permanecer callados luego de un 2010 con un tsunami que arrasó con la costa, con un 2012 con miles en la calle que comenzó por Aysén, con un Chaitén movilizado luego de una erupción volcánica, con la ineptitud de las autoridades en Valparaiso en el gran incendio, con hospitales de utilería, con las colusiones de las farmacias, de las avícolas, con las repactaciones unilaterales de las grandes tiendas, con sobre sueldos, con la Penta casta, SQM, los familiares y amigos de los presidentes de turno, etc.
Tenemos mucho de donde elegir para poner al descubierto los grandes responsables de estas tragedias, los que mantienen a un sector empobrecido, endeudado, oprimido, al que le dejan las migajas para quedarse con todo.
Estos mismos empresarios, instituciones y políticos corruptos ahora encabezan la unidad solidaria en pos de ayudar a los afectados de la tragedia. Posan de buenos cristianos mientras arrasan con los bosques en el sur, con mano de obra barata y en negro, con mineras que saquean los recursos de nuestro país pagando impuestos menores a un quiosco de diario, y contaminando ríos, mares, tierras, bosques, apropiándose de las aguas, explotando a hombres y mujeres para usurparles la mayor cantidad de horas de trabajo al menor precio, sin ninguna seguridad laboral, sin contrato, sin proyección. Con empresas que acuerdan subir los precios mientras explotan a sus trabajadores, con laboratorios que lucran con las enfermedades.
Hoy las ciudades y los pueblos del Norte son devorados por el barro, y los mismos que avalan todas estas sistemáticas prácticas, los que gobiernan para los empresarios, los que legislan para los empresarios, y los que cuidan los intereses del empresario, hoy quieren que nos olvidemos quiénes son, como en las demás tragedias, como en la Teletón. Pero no olvidamos, sabemos que descansan cómodos en sus mansiones mientras las casas de los pobres son arrastradas por el lodo, sabemos que no pavimentan calles y que no construyen buenas casas, ni colegios, ni hospitales porque ellos no viven , no transitan, no estudian ahí, sabemos que posan para ganar votos y seguir robando, sabemos que ellos son los que permiten que Antofagasta esté envuelto en un polvo negro que mata con arsénico y plomo, que mata pero no a sus niños, mata a los hijos de los trabajadores, sabemos que el pueblo pobre sufre, sabemos que nuestros barrios plebeyos desaparecen porque no se invierte en infraestructura digna, sabemos que se queman nuestras casas porque no hay dinero para terminar con los basurales clandestinos, mientras sus barrios permanecen intactos.
Estamos al tanto de sus acciones no confiamos en los políticos que gobiernan para los ricos, ellos son sus verdaderos jefes, gobiernan para administrar los negocios de los empresarios.
Sabemos también que ya no somos los mismos, venimos saliendo a la calle, recuperando los métodos históricos de lucha de la clase trabajadora, uniéndonos en solidaridad, organizándonos en nuestros lugares de trabajo.
Debemos seguir en esta senda, ninguna confianza tenemos en ellos, solo creemos que saldremos delante de esta y otras catástrofes unidos como clase trabajadora, organizándonos como pueblo pobre, sin confiar en quienes nos roban y mantienen sumergidos en la miseria, en quienes sacan a las fuerzas armadas a la calle, más que para ayudar, para cuidar los intereses de los empresarios. ¡Fuerza al Norte! |
