“El Presidente Sebastián Piñera ha sido fundamental para la causa venezolana. Lo he dicho en muchas ocasiones, (es un) amigo de una causa justa que son los derechos fundamentales de los venezolanos”. Estas fueron las declaraciones de Juan Guiadó, supuesto Presidente auto-designado de Venezuela, el cual dirigió el fracasado intento de golpe de Estado del pasado 30 de abril y 1 de mayo bajo el paradójico nombre de “Operación Libertad”.
Frente al nuevo fracaso de Guaidó en llevar adelante los planes de Estados Unidos en realizar un golpe de Estado, el cual incluso afirmó que ponían a disposición sus fuerzas militares para este golpe imperialista, el Presidente auto-designado afirmó que: “que no estamos pidiendo un enfrentamiento ni un golpe de las Fuerzas Armadas, solo que se pongan de parte de la Constitución, que en un gobierno de transición puedan asegurar la soberanía”.
¿Puede ser la derecha y el imperialismo más cínico en este sentido? Sí. Y es que Piñera no se queda atrás, dando su apoyo al intento de golpe a través de la Cancillería chilena, entregando su “apoyo y solidaridad con todos aquellos en Venezuela que luchan contra la dictadura; y por la restauración de la democracia y el orden constitucional en dicho país”. Un gesto de “apoyo y solidaridad” en medio de un intento de golpe no puede ser otra cosa que avalar la imposición de los intereses de la derecha y el imperialismo mediante las armas, tal y como lo han hecho históricamente en América Latina.
Y es que los saludos y guiños de ambos mandatarios responde a una reorganización de la derecha continental bajo el manto de los intereses de la Casa Blanca, lo que ha tenido expresiones como el ProSur, la conformación del Grupo Lima, o incluso en las visitas de Guaidó y Bolsonaro a Chile. Y para esto se han empeñado a utilizar “a su manera” términos como “libertad”, “democracia”, para justificar a través de buscar instalar un sentido común sus acciones golpistas.
La situación es concreta. Estados Unidos busca hacer nuevamente de América Latina su patio trasero. Y Piñera es servil a los intereses de Donald Trump, al igual que Guaidó y el resto de la derecha continental. La única salida a esta crisis es que las y los trabajadores tomen las riendas de Venezuela, a través de una asamblea constituyente libre y soberana, basada en su propia movilización.
Para profundizar en esto, te invitamos a leer aquí el “plan obrero de emergencia”para enfrentar esta crisis | 
