Este 12 de mayo, los cordobeses y las cordobesas eligen gobernador y 70 legisladores. Además, se vota intendente y concejales en la ciudad capital y en varias localidades del interior.
Para el macrismo, la elección cobra importancia porque aquí obtuvo el mayor porcentaje de voto en el 2015. Para el peronismo también, ya que es el distrito más grande que gobiernan. Sin embargo, las propuestas de uno y de otro no se diferencian demasiado. El Frente de Izquierda, que lleva a Liliana Olivero como candidata a gobernadora y a Laura Vilches a la intendencia, estuvo y está siempre del mismo lado, el de los trabajadores, las mujeres y la juventud. Por eso es la única fuerza que plantea claramente una salida para que la crisis que se profundiza bajo el régimen del FMI no sea descargada sobre las espaldas de los trabajadores y sectores populares.
Las encuestas (que han quedado bastante golpeadas en cada elección provincial que hubo hasta el momento) indican que el oficialismo retendrá la provincia sin muchos problemas y que la buena imagen de Schiaretti arrastraría votos a Martín Llaryora, dándole la posibilidad al peronismo de recuperar la intendencia de la capital. Además, la distancia entre la elección provincial y la nacional le permitiría al gobernador tener más peso al interior de Alternativa Federal para definir el candidato hacia octubre. En cuanto a la Legislatura, su diseño unicameral y la división de Cambiemos favorece al oficialismo, que probablemente gane la mayoría de los 26 legisladores por departamento y los elegidos por lista única, quedando con una mayoría aún más cómoda que la que tiene actualmente.
Desde el inicio de la crisis económica, que se profundiza día a día bajo el régimen del FMI, el gobernador se fue despegando del macrismo, pero si Macri no apoyó de manera contundente a Mario Negri es porque Schiaretti le garantizó durante estos cuatro años todas las medidas de ajuste, como el pago a los fondos buitre, el Pacto Fiscal o el saqueo a los jubilados. El mismo Llaryora, cuando se postuló a diputado en 2017, hizo campaña prometiendo no tocar las jubilaciones, pero aprobó la reforma previsional apenas asumió su banca. Una de las funcionarias que más ha visitado la provincia es Patricia Bullrich, generalmente para firmar convenios entre las fuerzas represivas federales y las provinciales, profundizando así el control social sobre la juventud de los barrios más vulnerables.
Aunque Schiaretti diga que Córdoba está mejor que otras provincias, la situación en la que vive la mayoría de la población trabajadora no es tan distinta. Según el INDEC, un 36,5 % de la población vive debajo de la línea de pobreza y el 60 % de la juventud que trabaja lo hace en negro. Los números expresan una realidad en la que miles sufren los despidos y suspensiones en las fábricas automotrices y autopartistas, en la que los y las docentes perdieron más del 10 % del poder adquisitivo el año pasado, en la que la única salida laboral para cientos de jóvenes son los miserables Planes Primer Paso o las aplicaciones de comida como Rappi, Glovo y Pedidos Ya. En los 20 años de gobierno peronista, los únicos beneficiados fueron los dueños de las multinacionales y de la soja.
Radicalismo dividido y kirchnerismo ausente
La carrera electoral pintaba bastante deslucida cuando el gobernador decidió adelantar los comicios. Pero en el verano, la cuestión se puso picante. Después de un mes de cruzar chicanas y esperar una definición de la Casa Rosada que nunca llegó, Ramón Mestre y Mario Negri se presentaron por separado para la gobernación. Mestre, actual intendente capitalino, con la vieja Lista 3 y acompañado por Rodrigo de Loredo a la intendencia. Negri, jefe del interbloque Cambiemos en Diputados, con la Lista Córdoba Cambia y acompañado por Luis Juez en la intendencia.
Mestre quiere ser gobernador, pero la ciudad que deja muestra que su política no sería muy distinta a la de Schiaretti. En la ciudad con uno de los boletos de colectivo más caros del país, el servicio es extremadamente deficiente y una misma empresa (ERSA) maneja el 70 % de las líneas. El propietario de ERSA es el correntino Juan Carlos Romero, dueño también de una de las empresas que tienen la concesión de la recolección de residuos. La privatización de estos servicios básicos llena los bolsillos de Romero y otros empresarios a costa de quitar recursos al Municipio para destinarlos a salud y educación. Lo mismo sucede con el negocio inmobiliario. Durante la gestión de Mestre, se autorizó a los grandes desarrollistas urbanos la construcción de enormes torres de lujo, utilizadas principalmente para la especulación, en una superficie de 2.000 hectáreas. Al mismo tiempo, el 60 % de las viviendas de la ciudad no tienen cloacas y el déficit habitacional alcanza a más de 100.000 familias.
De Negri no se puede esperar nada distinto. Una de las propuestas del eterno diputado (y eterno candidato) en la campaña fue bajar la tarifa de EPEC un 25 %. Como denunció la legisladora Laura Vilches, nunca se escuchó a Negri hablar de reducir las tarifas de los servicios públicos en el Congreso, a pesar de que forma parte de la Comisión de Defensa del Consumidor. Más bien lo contrario, ya que fue él quien anunció que Macri vetaría la ley que anulaba los aumentos en los servicios el año pasado y los justificó, con el argumento del “congelamiento de tarifas” del anterior gobierno.
Para colmo, el silencio de Macri fue compensado con creces por las estridencias de la diputada Elisa Carrió, que viajó a apoyar a Negri y terminó ayudando más a Schiaretti. Después de agradecer la muerte de José Manuel De la Sota y amenazar a un periodista en Río Cuarto, Carrió se volvió a Buenos Aires para seguir con su circo mediático. Negri, más que agradecido.
Por el lado del kirchnerismo, la lista encabezada por el diputado Pablo Carro se bajó a última hora el mismo día de presentación de las listas. Aquí también hubo explicaciones cruzadas, aunque la que tiene más adherentes es la intención de Cristina Fernández de Kirchner de “no molestar” al gobernador en su territorio para obtener algún tipo de apoyo a nivel nacional en octubre. Por una decisión tomada desde arriba, un sector progresista del electorado se quedó sin representación política.
Defendamos las bancas del FIT
El Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) está llevando adelante una campaña militante en las redes, en las calles y en todos los lugares de trabajo y estudio. Presentó una lista encabezada por tres mujeres: Liliana Olivero en la gobernación, Laura Vilches en la intendencia y Soledad Díaz en la Legislatura. Pero es también una lista llena de jóvenes estudiantes y trabajadores precarizados, como Noel Argañaraz, Mauro Jorge y Romina Stolarowa, trabajadora de Rappi.
La campaña del FIT puso el eje en desnudar la profunda desigualdad que se vive en la provincia y en la ciudad, donde los empresarios, los sojeros y la Iglesia obtienen enormes beneficios de los gobiernos mientras el pueblo trabajador sufre el saqueo en curso. Denunció la política demagógica del peronismo hacia las mujeres, en una provincia que tiene frenado el protocolo de aborto no punible por la influencia de la Iglesia Católica y la complicidad de la Justicia. Planteó también que la única salida a la crisis es romper con el FMI y sus planes de un país para pocos, y llamó a los trabajadores, las mujeres y la juventud a organizarse para enfrentar estos planes.
En estos últimos días de campaña, el FIT redoblará la apuesta para defender las bancas legislativas del FIT y lograr que Laura Vilches sea concejal: para que la Legislatura de Córdoba y el Concejo Deliberante Municipal no sean una escribanía de los gobiernos de turno, para que en esos recintos se escuche la voz de quienes nada bueno han obtenido de los poderosos.