El domingo 5 de Mayo los trabajadores Cristian Baeza (34) y Maximiliano Zappia (24) fallecieron luego de que cediera la tapa de un tanque con restos de hidrocarburos que se podría haber evitado tan sólo colocando una malla de protección alrededor, sensores de gases y proveyendo a los operarios con máscaras.
Eran trabajadores de la empresa Pecom que realizaba tareas para Tecpetrol en Fortín de Piedra, yacimiento estrella de Vaca Muerta.
Estas nuevas muertes elevaron a ocho el número de trabajadores que han dejado su vida en “accidentes” en los últimos meses, constituyendo un triste record en esta actividad.
El secretario General del sindicato petrolero privado, Guillermo Pereyra, salió rápidamente a culpar a los trabajadores y deslindar de responsabilidad a las empresas: “no sabemos con exactitud lo que sucedió, si fue una falla en la seguridad de la empresa o un descuido de los compañeros” declaró Pereyra a los medios, agregando que “cualquiera que se equivoque puede pagar con su vida”, lo que generó enorme repudio entre los trabajadores y la comunidad.
La precarización de las condiciones de trabajo
Desde la firma de la adenda petrolera que es una modificación del Convenio Colectivo de trabajo en el sector de los No Convencionales los accidentes han aumentado exponencialmente. La adenda fue firmada y defendida por el gremio junto a las empresas e impulsado por el gobierno nacional de Macri en Febrero del 2017.
Además de recortes salariales y recortes de derechos gremiales como la imposibilidad de hacer paros o medidas de fuerza, esta modificación aumentó la peligrosidad del trabajo al aumentar las horas de trabajo por día y el esquema de rotación aumentando la cantidad de días que deben pasar en el campo. Los especialistas en Seguridad e Higiene resaltan que luego de la décima hora y del día 10 de trabajo las posibilidades de accidente aumentan enormemente. No es casual que la mayoría de los accidentes han sucedido luego de estar más de diez días continuos trabajando.
Se redujo la cantidad de personal para las distintas tareas a la vez que se implementó la multiplicidad de tareas. Se permite el montaje nocturno, donde los trabajadores operan máquinas y transitan por lugares peligrosos en medio de la oscuridad, dependiendo de la buena voluntad de las empresas de gastar en equipos de iluminación.
La región patagónica es azotada constantemente por fuertes vientos, con la Adenda se les obliga a trabajar con ráfagas más fuerte que con las que antes ya paraban de trabajar para evitar accidentes.
Esta flexibilización en las condiciones de trabajo le permitió a las empresas una reducción del 30 al 40 % de los gastos, tanto en lo salarial directamente pero aún más al obligar a los operarios trabajar en condiciones muy peligrosas que racionalmente no debería suceder. Pero además aumentó la dictadura patronal en los yacimientos con la colaboración de la dirigencia del sindicato, quien tiene fuerte presencia en los yacimientos cumpliendo el rol de policía de las empresas antes que defendiendo los derechos de los trabajadores.
Pereyra: el problema no es la adenda, sino que los empresarios interpretaron lo que quisieron
El viernes 10 de Mayo la conducción del sindicato realizó una conferencia de prensa donde cambiaron su discurso y plantearon ciertas medidas como mayor control desde el sindicato a las empresas pero sin cuestionar la adenda flexibilizadora.
“Se acabó la joda” dijo Pereyra, casi reconociendo la responsabilidad del sindicato de permitir la “joda” de los empresarios que se llevan millones precarizando las condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores. Aseguró alegremente que hay “irregularidades en la gran mayoría de las empresas” en cuanto a las medidas de seguridad. ¿Y que hizo el sindicato todos estos años?
Cuando los periodistas le preguntan acerca de la relación entre la adenda y el aumento de los accidentes rápidamente salió a defenderla considerando que las empresas hicieron una mala interpretación de la misma.
Pero los trabajadores petroleros saben que las modificaciones y las nuevas reglas que impusieron las empresas con el aval del gremio, han empeorado las condiciones laborales, de seguridad, salariales y que es necesario un paro contundente para tirar la adenda y los atropellos patronales, para garantizar que las empresas cumplan con las condiciones de Seguridad que eviten los accidentes. Nuestras vidas valen más que sus ganancias. |