Estudiantes y padres protestaron ayer en el Rectorado de la UNT por el cupo de ingresantes a la Facultad de Medicina. Este año ingresaron 291 estudiantes, cuando hay unos 800 jóvenes que aprobaron el examen de ingreso que quedaron afuera. “Yo estudié, rendí, aprobé y no me dejan cursar”, decía unos de los carteles en la protesta. Otro cartel hacía en cálculo con los gastos en derecho a examen, curso de nivelación y otros cursos para preparar el ingreso, con cifras alrededor de los $70.000.
Jóvenes y padres afirman que el cupo es “excluyente y discriminador”, y que la Facultad de Medicina no cumple con las modificaciones de la Ley de Educación Superior que habilitan el ingreso irrestricto ni con las resoluciones del Consejo Superior de la UNT.
A pesar de las protestas, el decano Mateo Martínez defendió el ingreso restricto, como ya hicieron las autoridades en 2017. Martínez sigue pregonando la concepción de que el estudio de la carrera de medicina es solo para unos pocos. Para la elite que tiene el dinero para pagar institutos privados con alto costo para preparar las materias que hay que rendir en el examen de ingreso. Cuyo objetivo de ninguna manera puede ser nivelar cuando se piden conocimientos que forman parte de las materias de primer año dictadas en las carreras de la universidad.
Dice estar preocupado por el derecho de los pacientes, y que los hospitales no darían abasto. ¿Acaso no sabe el Decano la situación de precariedad y de falta de profesionales de la salud, tanto médicos como enfermeros, especialistas en distintas áreas? ¿Que la gente hace inmensas filas durante la noche para conseguir un turno, de la situación en los CAPS que no garantizan la atención las 24 horas y que en este ultimo tiempo han recortado su equipo de trabajo? ¿Cómo puede expresar que no hay pacientes para que los estudiantes realicen su practica de formación?
Las autoridades hablan de que bajaría la calidad de la enseñanza, pero los que cursamos sabemos bien las condiciones en que lo hacemos. Desde la primer clase de Anatomía nos damos cuenta que no contamos con infraestructura necesaria siquiera para que los 291 que ingresan cursen. Cada año se va disminuyendo el plantel docente, se va precarizando mas a los estudiantes que asumen las ayudantias, se recorta en material de laboratorio. La formación de los futuros profesionales de la salud del NOA termina atada a la voluntad de los docentes que consiguen materiales, espacios físicos y siguen apostando a la educación publica.
En el año 2014, en su anterior gestión, Martínez anunciaba junto al entonces ministro de Salud provincial Pablo Yedlin, la creación del Hospital de Androides Ramon Carrillo, que tenia un presupuesto de 10 mil millones y ese mismo año se construiría. La realidad nos muestra que hasta el dia de la fecha solo se encuentra la piedra basal en medio del pasto crecido en la ex Quinta Agronómica.
La pelea por el ingreso irrestricto tiene que estar ligada a la pelea por más presupuesto para la educación, y debe ser tomada el Centro de Estudiantes. En los planes del FMI, que lleva adelante Macri con ayuda de los gobernadores, está el ajuste a la educación. Por eso hay movilizarse y exigir el ingreso irrestricto en Medicina y el aumento del presupuesto en base al no pago de la deuda externa. |