El domingo 29 se realizaron movilizaciones y concentraciones para celebrar la primera fase del aumento escalonado del salario mínimo en la ciudad de Seattle (Washington) en Estados Unidos, que se hará efectiva el 1 de abril. A pesar de los límites de la ley propuesta por la concejala socialista Kshama Sawant, y votada el año pasado con modificaciones, la medida es vista por trabajadoras y trabajadores como un triunfo propio.
Kshama Sawant (Socialist Alternative) llegó al Concejo Deliberante como parte una amplia campaña por el salario mínimo, con la participación de movimientos, agrupaciones y sindicatos. A partir de abril, y hasta el 2021, la medida afectará a 100 mil trabajadores y trabajadoras, 1 de cada 5 de las 500 mil personas que trabajan en la ciudad.
La ordenanza municipal indica que el salario mínimo deberá pasar de 9,32 a 15 dólares. El 1 de abril, las 40 mil personas cuyo salario es menor a 10 dólares la hora serán las primeras en recibir el aumento. Y a lo largo de 6 años, el aumento llegará a todos los trabajadores con salarios menores a los 15 dólares. Afectará a todas las empresas, y establece un plazo de 3 años para que aquellas que tengan más de 500 trabajadores, y uno de 7 años para aquellas con 500 o menos personas empleadas
El domingo 29 sindicatos y agrupaciones se movilizaron llamando a defender la ley y difundieron cómo se imprentará en las diferentes empresa. Se realizaron varias acciones frente a las cadenas de comida rápida, el corazón del movimiento nacional por el salario mínimo, para que todos los trabajadores sepan que a partir del 1 de abril deberán defender el aumento.
En las puertas de Mc Donald’s informando que el aumento comienza el 1 de abril
La Asociación de Restaurantes de Washington no apoya el aumento y busca formas de no implementarlo. Por su parte las grandes cadenas de comida, agrupadas en la IFA (International Franchise Association), presentaron un recurso para que se las trate como pequeñas empresas, y retrasar así la aplicación del aumento. Las franquicias (como Mc Donald’s, Subway, Burguer King, entre otras) poseen 1.700 locales en la ciudad, y emplean casi 20 mil personas. Su pedido fue denegado por la Justicia.
A pesar de las quejas de las empresas, el apoyo que lograron las huelgas y protestas de las y los trabajadores de los Fast Food y el movimiento por el salario mínimo es muy amplio, y se vio en las últimas elecciones de medio término donde se aprobaron propuestas de aumento. También el presidente Barack Obama debió pronunciarse y proponer un aumento del salario mínimo federal (aunque su propuesta apenas supera los 10 dólares).
El propio Walmart, el primer empleador de Estados Unidos, otorgará un aumento del mínimo aunque no llegará a los 15 dólares la hora. Con esta medida Walmart espera, por un lado, calmar los ánimos de organización dentro de los supermercados y, por otro, mantener lo esencial de las condiciones precarias de empleo de su casi millón y medio de trabajadores y trabajadoras.
Las empresas locales no son las únicas que quieren limitar y retrasar el aumento. A nivel estatal, existe una ley con media sanción de la cámara baja del estado, que propone el aumento del salario mínimo de 9,47 a 12 dólares. La ley busca además sustituir la medida votada en el Concejo de Seattle en 2014.
Como lo hacen desde 2012, las trabajadoras y los trabajadores de las cadenas de comida y otros servicios mantienen su movilización, y saben que su lucha es la única garantía para implementar el aumento. Por eso en todos los festejos del domingo dejaron claro que este es solo el primer paso.
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