La escuela, ubicada en el barrio el Chelito en Tortuguitas, se encuentras hace más de una semana en construcción, que se realizaba en el horario escolar y sin vallado adecuado que impida el acceso a los niños.
Los padres se hicieron presentes en el consejo escolar para reclamar por la falta de seguridad en la obra, allí los recibieron las autoridades y decidieron suspender las clases hasta el lunes, día que creen que tendrán terminado el poso.
A su vez, los reclamos de los padres se extienden a la falta de gas que lleva más de un mes y por más cupos en el comedor escolar.
Dichos cupos, no alcanzan para el total de los chicos y los padres denuncian que por la falta de gas solo comen comida fría. “Les dan sanguchitos a los chicos, a veces solo comen medio” declararon algunos padres.
Vale remarcar que para muchos es la única comida del día. “Los chicos necesitan un plato de comida caliente y ahora en el invierno van a necesitar las estufas”, reclamaba Juan, un papá de la escuela, en una radio local.
Cada día aumentan más los chicos que van a la escuela a comer, y no parece que las políticas oficiales busquen frenar esa tendencia mientras miles de millones se destinan a pagar la deuda. Desde la agrupación docente La Marrón y el PTS en el Frente de Izquierda proponen romper con el FMI que es la única salida, no pagar la deuda y que ese dinero se destine a educación, salud y trabajo.
Los reclamos no vienen de ahora “en mayo del 2017 se presentaron reclamos por el desborde de posos” reclamaba un papá. Por su Parte Alejandro Perrone, presidente del Consejo escolar, se desligo de la responsabilidad y acusó al gobierno de la provincia de no bajar suficiente presupuesto a la vez que se comprometió resolver para el día lunes todos los problemas de gas y comedor. Tal parece que cuando hay reclamo la plata aparece.
Sólo la organización de los trabajadores de la educación y comunidad educativa con su organización hará que se garanticen el cumplimiento de todas las promesas del municipio con un control y acompañamiento de las obras.
Como sabemos el caso de la escuela no es el único, las noticias sobre la paupérrima situación estructural de las instituciones educativas son moneda corriente. Techos que se caen, ratas, inundaciones, escuelas sin gas son algunas de las consecuencias de una política de desfinanciamiento, a la educación pública, que se profundizó con los Gobiernos de Cambiemos pero que lleva años tanto en la Provincia como en la Ciudad de Buenos Aires.
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