Si la semana pasada iniciaba para el gobierno con el rechazo de dos de sus reformas en las comisiones de la cámara de diputados, esta semana comenzaba con los datos calientes de la Encuesta Cadem en el escritorio de Piñera y de sus ministros/as; que tampoco eran buenas noticias.
Piñera alcanzó un registro histórico de desaprobación con un 54%, superando el último índice histórico de desaprobación de la última semana de abril de un 53%.
Pero las malas noticias no terminaban ahí, el gobierno alcanzaba otro índice histórico con el mínimo nivel de aprobación del gabinete ministerial en lo que va del segundo mandato de Sebastian Piñera, con solo un 29%, igualando el indice de la tercera semana de diciembre. Señalemos que la encuesta Cadem mide tanto aprobación como desaprobación.
Gobierno débil y oposición débil
La llamada oposición, con DC o sin DC, se ha esforzado por hacer ver una derecha y un gobierno fuerte, al cual sacarles conquistas parece una tarea imposible, y que prueba resistir las reformas a la suerte de cuándo será la próxima votación en el parlamento y si la DC hará su parte o no.
Por otro lado, tenemos sectores como el movimiento de mujeres que se levantan por el aborto legal, seguro y gratuito, con millones en las calles, o la juventud que se opone al tpp-11, y que busca frenar la neoliberalización de nuestros derechos. Estos datos son una muestra de eso, incluso de una encuesta ligada a la misma derecha.
Un gobierno que no puede terminar de manejar su agenda, y que cuando la logra controlar en alguna medida, es siempre con la ayuda de partidos como la DC, o de la vieja Concertación, que le ofrecen gobernabilidad y le dan el tiempo necesario para preparar sus ataques contra el pueblo trabajador, que hoy se ve reflejado en sus reformas para solidificar los pilares de la herencia de la dictadura. Y en especial con la Reforma Laboral que viene a buscar precarizar aun más a trabajadores y trabajadoras.
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