La Asociación de Profesionales Sudaneses (APS) llamó este miércoles a organizar una huelga general en demanda para que la cúpula el Ejército abandone el gobierno que mantiene mediante el Consejo Militar de Transición.
Desde la caída de Al Bashir en medio de masivas movilizaciones pidiendo su renuncia, el pasado 11 de abril tras 30 años en el poder, el Ejecutivo quedó en manos de una junta militar.
Las negociaciones entre la cúpula militar y representantes de la oposición para la formación de Gobierno se habían retomaron la noche del domingo, después de que ambos bandos anunciasen que habían llegado a un acuerdo preliminar.
Desde los referentes de las Fuerzas de Libertad y el Cambio, la principal plataforma opositora de Sudán, afirmó este miércoles en un comunicado que la junta militar sigue "entorpeciendo la revolución". Por ello, el movimiento opositor anunció que convocará una huelga general o impulsar un movimiento de "desobediencia civil", buscando utilizar el descontento social para presionar a los militares.
La oposición que mantiene el dialogó con los militares es una coalición de partidos burgueses, liberales y algunos sindicatos que tiene varios años activa. Logró dirigir rápidamente la situación a través de la Asociación de Profesionales Sudaneses (APS) que cuenta con el apoyo de varios partidos de centro, y centro izquierda como las Fuerzas Nacionales del Consenso (NCF) donde se encuentra el Partido Comunista Sudanés.
La convocatoria de los opositores aunque todavía no tiene fecha confirmada, despertó una rápida respuesta de diferentes sectores de los trabajadores.
También se convocaron nuevas protestas multitudinarias para el próximo jueves desde todas las ciudades y barrios hacia la "comandancia general de las Fuerzas Armadas del Pueblo", en referencia al cuartel general del Ejército sudanés.
Las manifestaciones que sacaron a Al Bashir están generando dolores de cabeza a Arabia Saudita y Emiratos Árabes, ya que utilizan la estratégica ubicación del país para intervenir en una guerra civil en Yemen, de la que participa el ejército sudanés como carne de cañon. Los intereses saudíes y emiratíes están en evitar cualquier tipo de gobierno civil elegido mediante elecciones, y sostener vía la Fuerzas Armadas la cooperación militar y la estrecha relación financiera a través del Banco Islámico Faisal de Sudán (saudí) y el Banco Nacional de Abu Dhabi (emiratí).
Hasta el momento los intentos por llegar a un acuerdo que evite una continuidad de la crisis siguen fracasando, continúan los acampes y movilizaciones contra uno de los regímenes más opresivos de África al grito de “Tasqout bass”: Que caiga ya. |