Por mayoría los asambleístas, participantes de la Asamblea Nacional del gremio docente, definieron el inicio de un Paro Nacional Indefinido del profesorado para exigir una respuesta del Ministerio de Educación y del Gobierno al petitorio gremial presentado en abril de 2018, que incluye demandas como la titularidad de las extensiones horarias, el pago de mención a educadoras de párvulos y diferenciales, el pago de la deuda histórica, la eliminación de las deudas producto de la implementación de los Servicios Locales y el fin de la doble evaluación docente, entre otras.
El 44,77% de los votos de la Asamblea se inclinaron por la opción de Paro Indefinido, el 23,84% votó por un Paro Escalonado y Ascendente, el 12,79% se inclinó por la opción No Paro y sí a otras formas de manifestación y el 12,79% de los dirigentes optó por una Marcha Nacional del Profesorado y con posterioridad a ella evaluar el Paro Nacional.
Un gobierno que rechaza las demandas docentes
Los profesores han sido rechazados por cuarta ocasión consecutiva en lo que va de "negociación" con el gobierno. Y el camino del gobierno en Educación se ha basado en mayor segregación, abandono y represión. El proyecto de admisión segregadora de la Ministra, la deuda previsional que se crea en cada Servicio Local de Educación que se implementa y la campaña contra la juventud y el movimiento estudiantil con Aula Segura lo demuestran. El objetivo del gobierno es desarticular cualquier intento de organización estudiantil. 30 estudiantes dirigentes fueron expulsados bajo el arbitrio de los directores. A su vez el Consejo Nacional de Educación, organismo designado por el gobierno, anunció que eliminará la asignatura de Historia y Educación Física del curriculum afectando con seguridad puestos laborales y el aprendizaje integral de los estudiantes, una medida que se toma a espaldas de las y los profesores, por un organismo que no sabe de educación en aula.
Por un paro nacional indefinido en unidad con los estudiantes: enfrentemos las reformas del gobierno
La convocatoria a un paro nacional de carácter indefinido es un paso en el sentido correcto. Y no podía ser otro tras 2 años de portazos. La conducción de Mario Aguilar (PH), a pocos meses de terminar, decidió girar hacia el paro indefinido tras haberlo evitado durante toda su administración. Repitiendo así el mismo esquema del ex presidente del organismo, Jaime Gajardo (PC): evitar las movilizaciones a cambio de mesas improductivas con el poder Ejecutivo, un lobby parlamentario que termina en donde comienzan los votos de la DC y un control unipersonal de las decisiones que toma el organismo.
Para garantizar que el paro nacional sea de carácter indefinido y vuelva a expresarse la enorme fuerza de las y los profesores, se necesita la convocatoria de asambleas en todos los liceos, colegios, escuelas y jardines, para discutir el pliego de demandas y las medidas del paro indefinido. Un paro controlado por una cúpula tarde o temprano se cae y no consigue mayores resultados. Además, nuestro movimiento, no podrá avanzar si no establece una alianza con el movimiento estudiantil, especialmente para hacer retroceder las expulsiones y conseguir el reintegro de todos los estudiantes expulsados bajo Aula Segura, por ser realizados bajo el arbitrio personal de directores anti-movilizaciones.
Desde Nuestra Clase, agrupación de trabajadores y trabajadoras de la educación, consideramos que un paro contundente sería un gran aliento para que los estudiantes se organicen, para que vuelva el movimiento No+AFP a las calles y para exigir con más fuerza a otros organismos como la CUT y el CONFECH se plieguen a la medida. A su vez consideramos que la educación debe dejar de estar en manos de privados o burocracias municipales. Que los colegios vuelvan al Estado y que los directores sean escogidos por la comunidad escolar, y no designados como hace Felipe Alessandri coordinando acciones violentas con las autoridades del Instituto Nacional como la revisión de mochila y objetos personales a estudiantes de básica y media. A su vez el financiamiento debe ser integral y directo para rescatar a la educación pública del deterioro tras años de desvío de fondos públicos a burocracias municipales o sociedades privadas. |