Unos 100 repartidores de Glovo de Barcelona se reunieron este domingo por la tarde frente a una sede de la empresa para protestar por la muerte de un compañero de 22 años, de origen nepalí, y denunciar las condiciones de absoluta precariedad que esconden las llamadas economías de plataforma o colaborativas.
El joven repartidos murió el sábado por la noche en un accidente de tráfico con un camión de basura.
En sus redes la empresa Glovo ha dicho que lamentaba los hechos y que “Estamos colaborando con las autoridades para determinar las causas de este suceso”.
No obstante el centenar de trabajadores convocados para protestar por la muerte de su compañero denunciaron las verdaderas condiciones de trabajo: "Sabíamos que esto pasaría antes o después porque este modelo de negocio te obliga a trabajar muchas horas", ha dicho a Efe Javier Morata, extrabajador de la empresa de reparto en bicicleta. "Somos los nuevos esclavos del siglo XXI. Trabajamos en condiciones indignas y el cansancio provoca accidentes", ha señalado un repartidor nepalí, que ha asegurado que conocía al fallecido y que era compatriota suyo.
Las trabajadoras y trabajadores muestran así que las ‘causas de los hechos’ empiezan en el modelo de precariedad laboral de la empresa, una más entre tantas impulsoras del llamado “capitalismo colaborativo”. Empiezan y en este caso acaban con la vida de un trabajador.
Dani Gutièrrez, ex trabajador de Glovo y Deliveroo y portavoz de la plataforma Riders por Derechos, denunció que: “Queremos denunciar la explotación a la que Glovo nos tiene sometidos, a la cual se intenta cubrir con la desregularización que precariza nuestras vidas, la presión a la que se nos somete a la hora de repartir, la carga volumen excesiva, la rapidez en las carreteras que nos llevan a jugarnos la vida sin ningún tipo de prevención de riesgos laborales, sin ningún tipo de material de seguridad vial. Y así acabó pasando lo que desde mucho tiempo hemos dicho que pasaría, que es que alguno sufriría la muerte”.
Una muerte que podría ocurrirle a cualquiera de ellos, y ante lo cual la organización llamada “Riders por Derechos” ha unido sus bicicletas cortando las calles y se han unido ellos y ellas mirando un fuego en el centro, entre silencios y gritos de protesta, con mochilas de Glovo quemadas. Y Así lo seguirán haciendo, tal como anunció el portavoz de ’riders’ llamando para este lunes a otra cita, esta vez a las 12 en la sede principal de Glovo en Barcelona, en la calle Pujades.
Empresas como Deliveroo, Glovo, Stuart y Ubereats entre otras, son las que garantizan condiciones de trabajo enormemente precarias, sin ningún derecho, ni protección médica, ya que no existe contrato alguno para estos (falsos) autónomos. Los repartidores en bicicletas están expuestos a una alta siniestralidad, ya que recorren 60 y 80 kilómetros diarios y cuando sufren algún tipo de accidente, no se los considera como un accidente laboral sino como enfermedad común.
Esta situación la sufren también sectores de hostelería como las camareras de hoteles, tal como denuncian Las Kellys.
Una realidad que sufre y vive la juventud precaria en todo el Estado español, y varios países del mundo, y que ha provocado un brote de solidaridad y concentraciones en ciudades como Madrid, Bilbao, entre otras, mostrando que si “la precariedad mata”, la juventud trabajadora se organiza.
| 
