Hoy se vuelve a presentar el proyecto de la Campaña nacional por el Derecho al Aborto. Es la octava presentación, y es en un año electoral. El reclamo de las mujeres se enfrenta a una importante encrucijada, y esto reabre profundos debates en el movimiento de mujeres.
La Campaña Nacional por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito vuelve a presentar hoy su proyecto de ley.
Será la octava presentación consecutiva en 13 años. La primera después de la enorme marea verde que estuvo al borde de conquistar en las calles este derecho elemental, al que le dieron la espalda los dinosaurios del Senado.
La alianza entre los gobiernos de turno, las instituciones del Estado, las jerarquías de las Iglesias -comenzando por el propio Bergoglio desde el Vaticano-, los grupos fundamentalistas y los partidos del oficialismo como de la oposición del PJ, son responsables de esta situación. Y en 2018 quedó a la vista de millones.
Ahora que el proyecto se presenta en un año electoral, el reclamo de las mujeres se enfrenta a una importante encrucijada, y esto reabre profundos debates en el movimiento de mujeres.
Si dependiera de la voluntad y de la movilización de las mujeres, así como de la simpatía que se ganaron en gran parte de la sociedad, el derecho al aborto ya sería ley. Pero nos siguen obligando a pasar por el filtro de los dinosaurios del Congreso y de los partidos clericales, que son parte del pacto que nos mantiene bajo la crueldad de clandestinidad y de la criminalización de la práctica. Una realidad que golpea a todas las mujeres, pero en particular a las más jóvenes, a las trabajadoras y pobres, que al calor de la crisis económica, del ajuste y de los planes del FMI ven agravarse cada vez más su situación.
Como señaló Myriam Bregman, esta realidad, que algunos sectores se esmeran en esconder, "se ve a diario en los barrios populares, incluso con adolescentes que se ven obligadas a parir para no morir por un aborto mal hecho, porque no tienen el dinero suficiente para interrumpir el embarazo en una clínica privada, ni educación sexual en sus colegios ni acceso a la anticoncepción gratuita".
Primero nuestras vidas
Pedir a las mujeres que esperemos "porque es año electoral" y "hay otras prioridades", como plantea el feminismo aliado al kirchnerismo, no puede ser una opción: mientras sigan muriendo mujeres por abortos realizados en la perversidad que impone la criminalización de la práctica, mientras niñas de 11 años sigan siendo obligadas a parir, como en Jujuy y en Tucumán, la única alternativa realista, y necesaria, será la de nuestra organización y nuestra lucha, la de la confianza en nuestra propia fuerza para conquistar nuestros derechos.
Sin embargo, hay quienes sostienen que "en un contexto de altos índices de pobreza, desocupación y hambre, poner a competir agendas es una trampa". Es lo que plantean, por ejemplo, integrantes y ex integrantes del colectivo Ni Una Menos como Marina Mariash y Celeste Abrevaya, en una nota publicada hoy en Página 12.
Pero la legalización del aborto no pasa por una cuestión económica: pasa enteramente por la voluntad del régimen político que nos niega este derecho. De hecho, como contamos en La Izquierda Diario, rompiendo con el FMI y destinando sólo lo equivalente a 4 horas de pago de deuda, se podría garantizar el aborto legal en todo el país para todas las mujeres.
El debate, claramente, esconde una falsa polarización y busca desviar la atención sobre un hecho evidente, que es el intento de llevar la lucha de las mujeres detrás de alianzas que poco tienen que ver con la salida al reclamo, histórico, de este movimiento masivo.
O en todo caso, ese no es un debate contra la izquierda... El Frente de Izquierda es la única fuerza que, además de apoyar sin fisuras este reclamo, plantea abiertamente la ruptura con el FMI como vía para garantizar el derecho a la salud, la educación, la vivienda y, por supuesto, el aborto legal, la educación sexual y la anticoncepción gratuita. Por eso hoy, como siempre, Myriam Bregman, Nicolás del Caño y otres referentes del FIT estarán en el Congreso y en las calles acompañando esta demanda.
Como decíamos, la particularidad de esta nueva presentación está entre otras cosas en el año electoral, cuyo escenario es a esta altura bastante claro: aunque con minoría en el Congreso, el macrismo es la coalición con más cantidad de diputados celestes en ambas Cámaras. Massa, Schiaretti, Urtubey y Lavagna tampoco tienen al aborto como opción ni prioridad.
¿Y el kirchnerismo? El anuncio de Cristina Fernández movió el tablero político nacional, y para algunos sectores y referentes del feminismo volvió a despertar la expectativa sobre la posibilidad de que un nuevo gobierno kirchnerista vaya a conceder finalmente la legalización.
Sin embargo, fue el propio Alberto Fernández quien se ocupó de aclarar que "es un tema que parte a la Argentina en dos, y los temas que dividen no son buenos temas (...) hay que tal vez hablarlo un poco más, educarnos un poco más. Por de pronto me parece que no debería ser un delito y eso podríamos empezar a trabajarlo, sin necesidad de avanzar tan rápidamente en la legalización, porque la legalización es algo que divide mucho a los argentinos".
El mensaje es claro, le pese a quien le pese: después de 12 años gobernando con mayoría automática en las dos cámaras del Congreso, con Ministerio de Salud y con un manejo completo de los recursos del Estado, que hubieran permitido que se aprobara la ley, el kirchnerismo nos dice que "no hay que enojarse con la Iglesia", que "hay que atar los pañuelos verdes y celestes" y, ahora, que "hay seguir esperando", básicamente, porque no suma votos.
¿Y quiénes festejan este mensaje? Festejan los gobernadores, los jerarcas de las Iglesias y los dinosaurios celestes, que son a la vez quienes van ganando lugar en el armando de las listas.
Es lo que expresa el rol que juega dentro del armado el ex ministro de salud del kirchnerismo Juan Manzur, un declarado militante del Opus Dei que gobierna la provincia de Tucumán. Lo muestra también el abrazo de Alberto Fernández con la gobernadora de Tierra del Fuego Roxana Bertone, de fuertes lazos con Bergoglio.
Lo mostraba ayer mismo la intendenta de La Matanza, Verónica Magario, una de las posibles candidatas junto a Axel Kicillof para la gobernación de la provincia de Buenos Aires por las listas del kirchnerismo. Para sorpresa de algunas, la intendenta que festejan sectores del feminismo creó, un día antes de la presentación de este proyecto, la Subsecretaría de culto que estará a cargo del presidente del Consejo de pastores evangélicos de Laferrere. Está claro: cuando se mezclan los pañuelos verdes y celestes, no hay principios sino acuerdos de conveniencia electoral.
Con un Congreso digitado por todos estos sectores, ese puñado de parlamentarios, que cobra sueldos de privilegios y que no tiene idea lo que es la clandestinidad, será cada vez más celeste y con ellos, el derecho al aborto será un sueño cada vez más lejano.
Todavía está por verse con qué cantidad de diputados y diputadas firmantes se presenta esta tarde el proyecto de la Campaña Nacional por el derecho al Aborto, pero hay un dato que ya brinda el escenario electoral: este año terminan su mandato más diputados y diputadas de los que votaron a favor que diputados y diputadas que votaron en contra.
"De Cambiemos sabemos qué podemos esperar, pero también hay que prestar atención y tener cuidado con las alianzas del peronismo y el kirchnerismo en las provincias, porque implican que las listas las armarán personajes anti derechos como Manzur o Bertone", sostuvo Bregman, y tiene razón.
Para que no haya más sorpresas, todos los candidatos a diputados y senadores nacionales, y no sólo las fórmulas presidenciales, tienen que decir qué van a votar cuando lleguen al Congreso. La vida y los derechos de las mujeres no pueden ser piezas de cambio, no pueden esperar.
Hay que fortalecer movilización en las calles. Hoy, desde las 17 horas en Congreso, tenemos que ser miles y dar un mensaje contundente: Aborto legal ya. Y primero, nuestras vidas.
Y al mismo tiempo, sin dudas, tenemos que fortalecer al Frente de Izquierda, que es la única alternativa que estuvo siempre del mismo lado, y avanzar en nuestra organización, para arrancar éste y todos nuestros derechos.